29 abr 2010

Mejor que no intente entender...

La semana pasada adelanté la entrada de Idol. Y, aun a riesgo de que esto se acabe convirtiendo en costumbre, esta semana no me queda otra que hacer lo mismo. Solo que directamente la adelanto a ahora mismo, cuando acabo de ver la eliminación de anoche y sigo con el nudo en la garganta y la sensación de que al paso que vamos ganará Aaron. Y esa es una sensación horrible.

A estas alturas de la película no sé de qué leches me sorprendo. Será que soy una ilusa, o que de verdad me encanta llevarme chascos semana tras semana. Simplemente no puedo evitarlo; no puedo evitar pensar cada semana que a la siguiente la gente va a votar con cabeza. Luego pasa lo que pasa, claro.

Esta vez le tocó el turno a Siobhan... y no me queda otra que seguir manteniendo la cara de tonta una semana más. No vaya a ser que se me olvide cómo se pone.


Siobhan no era mi favorita, para eso ya tengo a Lee. Pero me gusta mucho, me encanta su estilo (seh, ya sé que soy una hortera de cuidado, pero me encanta), me encanta su actitud y me encanta su voz. ¿Que no es perfecta? Pues no. De hecho, sus actuaciones a veces son pelín desequilibradas en cuanto a momentos buenos y momentos malos. Pero sin duda alguna se merecía un tercer puesto (detrás de Lee y Crystal y delante de Casey, concretamente), no un sexto.
Porque entre sus actuaciones ha tenido lo que no muchos han tenido: actuaciones brillantes (ese Paint it Black sigue estando entre mis momentos favoritos del programa). Y en el resto, salvo en una (no recuerdo muy bien cuál fue, pero fue mala de narices), se ha mantenido en un nivel bastante aceptable.

Así que, visto todo esto, no me queda otra que rendirme al "el que la sigue, la consigue" que tantísimo les gusta a los señores del jurado y que tan bien les funcionó con Didi (otra que se fue bastante antes de lo que debería).
Independientemente de que Siobhan guste más o menos (sé que hay gente a la que esa forma de cantar que tiene no le gusta un pelo), lo que sí está claro es que desde hace un tiempo los jueces la han convertido en su saco de boxeo particular. Nunca encontraba su sitio, ninguna actuación les gustaba y, sobre todo, la dejaban a la altura del barro comparándola con otros que lo habían hecho bastante peor que ella. Esta semana ha recibido buenas críticas (como todos, que era lo que tocaba), pero el daño ya estaba hecho.
Con Siobhan han ido desgastando la expectación que se había creado en torno a ella, en cuanto a esas notas altas, hasta que al final era simplemente cuestión de tiempo.

Y quede claro que no quería que ganara. Pero me parece terriblemente injusto que se vaya antes que Aaron (surrealismo puro y duro, lo de este chaval).

En fins, dejo tres de sus actuaciones que más me gustaron: Paint it Black (of course), Think y Across the Universe.



Su salida ha sido un jarro de agua fría (y eso que tampoco es que no me lo esperara aunque sea un poquito; desde que parece que Mike y Aaron han hecho un pacto con el diablo, veía a Casey y a Siobhan en la cuerda floja), especialmente si tenemos en cuenta que Aaron ni siquiera estuvo entre los tres últimos. Sigo sin entenderlo, pero es que yo creo que ya es mejor ni siquiera pararse a intentar entenderlo. ¿Por qué la gente vota a Aaron? A mí es que no se me ocurre una sola razón, salvo ese pacto con el diablo en el que consiguió que todo el público quisiera adoptarlo, a cambio de vaya usted a saber qué. Pero el caso es que ni canta (no, hacer karaoke del malo no se considera cantar), ni tiene carisma, ni transmite nada que no sea mal rollo.
Ya dije que a mí Aaron cada vez que se sube a un escenario me parece un niño pequeño con una actitud de cuarentón creepy. Bien, voy a especificar aún más: mi hermano pequeño tiene amigos de la edad de Aaron (échales quizá un año menos), y algunos de ellos tienen la manía de tirarme los tejos haciéndose los interesantes, los maduros. Quizá si fuera un poco más niñera y viera esa actitud en un niño de 10 años, me parecería gracioso. A partir de los 13 da verdadero mal rollo. Pues eso es exactamente lo que me transmite Aaron cuando canta. Eso y nada más. Y eso es de todo menos una sensación agradable.
Así que no sé qué actuaciones están viendo los señores del jurado y los estadounidenses en general, pero desde luego no son las mismas que veo yo.

Otro que debería haberse ido antes que Siobhan (aunque después que Aaron, que a mí la perspectiva de seguir teniendo a Aaron más semanas me deja muy mal cuerpo xD) es Mike. A la gente le encanta cuando se pone empalagoso, excesivamente dulzón encima del escenario. A mí personalmente me tira para atrás.
Y es que aparte de eso no consigo verle nada más. Si le quitamos el exceso de azúcar es la sosería personificada (dando por hecho que a alguien puede no parecerle soso en esos casos), mezclada extrañamente con la sobreactuación más bizarre cuando tiene que hacer el más mínimo movimiento.

A Casey y a Crystal no los vi especialmente mal, pero tampoco especialmente bien. El primero, por mucho que se empeñaran en decir que había sido su mejor actuación, pierde carisma cuando canta canciones de este tipo. Le faltó personalidad, le faltó gancho. En cuanto a Crystal... pues no es cosa suya, porque yo creo que la canción en sí la cantó bien y estuvo simpática. El problema lo tengo con la canción, que me parece horriblemente mala.

Mi favorito volvió a ser, una semana más, Lee. Y ojo, me gustó menos que la semana pasada o la anterior: al principio me dio la sensación de que le costó un poco pillarle el punto a la canción, y al final me pareció que "frena" la canción un poco demasiado de sopetón y el efecto es un poco raro. Pero el resto de la canción me gustó mucho (y eso sí que tiene mérito, porque la canción no me gusta :P). Suficientemente Lee. Así que, aunque podría haber sido mejor, no me voy a quejar.



Antes de acabar la entrada, un par de puntualizaciones:
1)Los chistes malos de Ellen con el apellido de Shania Twain me mataron.
2)Si alguna vez alguien vuelve a preguntarme sorprendido por qué no me gusta Antonio Banderas (el otro día casi me linchan por eso :P), no tengo más que enseñarles su aparición en el programa de anoche para unirlos a mi causa. Madrecita mía, si hasta hubiera preferido uno de los "enfrentamientos" entre Simon y Ryan Seacrest (otros de esos momentos bochornosos del concurso) a eso.

¡Saludos!

PD: Me voy a echarle un vistazo a Happy Town. Expectativas bajitas, eso sí. Lo mismo me sorprende, pero así de entrada no le veo demasiada buena pinta (aunque Amy Acker me obliga a darle una oportunidad :P).

28 abr 2010

How to make it in America (y pasar desapercibido en el proceso)


El otro día alguien comentó algo sobre esta serie… y fue entonces cuando fui consciente de que había acabado su primera temporada hace unas semanas y aún no me había dado cuenta.
Y me llamó un poco la atención, la verdad, porque esta primera temporada me gustó. No es que fuera perfecta, ni mucho menos, pero me gustó.

La trama (si es que puede considerársela trama) es sencillita, trazada con un par de líneas en cinco segundos. Y los personajes son tan de andar por casa que casi pierden la etiqueta de personajes y comienzan a confundirse con el decorado.
Supongo que quizá ese sea el principal problema de la serie. Y es que, aunque me resulte imposible odiar a ninguno de ellos (¿hubiera sido mejor que alguno me despertase un odio y una manía tan terribles que al menos consiguiera darme cuenta cuando no los veo una semana?), igualmente me resultaba imposible andar demasiado pendiente de sus idas y venidas.
Cuando estaban ahí, en la media hora corta que duraba cada capítulo, me interesaba lo que hacían. Me interesaba por dónde iban y dónde iban a acabar.
Quería ver a Cam siendo el cacho de pan que es desde el primer minuto. Me daba pena (pero sin pasarnos) el pardillo de Ben. Comprendía a Rachel (y aquí debo de ser de las pocas, porque todo el mundo con el que he comentado la serie no acababa de verla). Sentía cierta simpatía por el (aún más) pardillo de Kappo. Y me lo pasaba pipa con las apariciones de Rene y la jefa de Rachel.

Pero eso era solo durante lo que duraba el capítulo. Cuando se acababa, desaparecían completamente. Ellos y sus tramas.

Por eso, aunque me dé pena, he sido prácticamente incapaz de echar de menos la serie estas últimas semanas. Porque he sido incapaz de darme cuenta de que no estaba.

Lo que no quiere decir que no vaya a ver la segunda temporada, que ya está anunciada. Sí que espero que solucionen esa indiferencia que provoca una vez acabado cada capítulo, que le den un algo que le aporte interés más allá de la media hora del capítulo, porque es una pena. Y es una pena porque, aparte de que sus personajes se me hacen simpáticos, esa ambientación que tiene es simplemente magnífica. Quizá no aprovechada del todo. Quizá más de lo que parece, pero todavía no completamente. Pero sin ninguna duda, estupenda. O a lo mejor soy yo y mi fascinación con Nueva York.

Por cierto, los créditos de esta serie son otro de sus puntos fuertes. Soy de las que reivindican los créditos decentes en vez de las cortinillas prácticamente en el 100% de las series que veo, pero en este caso no es simplemente por afán reivindicativo. Tanto la música como las imágenes no podían estar mejor escogidas.


¡Saludos!

26 abr 2010

Mi sí y no con Desperate Housewives

Vengo de ver el episodio de esta semana de Desperate Housewives (no, no es que me vaya la vida en ello, ni que me pase el día mordiéndome las uñas esperando sus capítulos. Es simple y llanamente que tengo demasiado cuento encima como para ponerme a estudiar y/o hacer algo de provecho por las tardes). Normalmente, si le dedico una entrada a un episodio concreto, es porque me ha parecido muy bueno por el motivo que sea. Bien, no es el caso. Simplemente me ha parecido tan sumamente aburrido y mal planteado (aunque toda la trama en la que se centra está mal planteada desde el principio de la temporada) que, mientras esperaba a que acabara, me he tirado todo el tiempo preguntándome qué es lo que tiene esta serie que hace que, pese a capítulos como este, no me plantee dejarla.

No es que sea una fanática de la serie. Ni siquiera está en mi top 10. Pero lo cierto es que me veo sus capítulos cada semana sin que nadie me ponga un cuchillo en el cuello. Y me resultan, generalmente, entretenidos. Y ahí está el motivo. Nada más.

Esta serie hace mucho que dejó de ser original. Cuando empezó tenía su punto, su "algo nuevo". Pero llevan seis años repitiendo el mismo esquema y así fue perdiendo su originalidad. Mismas idas y venidas de las cuatro fantásticas y compañía (aunque no sé si son mejores las de dentro o las de fuera de la pantalla), aderezadas con un misterio de fondo sin demasiadas complicaciones. Porque la cosa es esa, la mayor parte de los misterios son tramas sacadas tal cual de un manual, sin más complicaciones. Porque no hacen falta. Algunos funcionaron mejor. Otros funcionaron peor (el de la temporada pasada, por ejemplo, se me hizo casi tan cansino como el de los Applewhite), pero a su manera funcionan.

No sé cómo será para los demás, pero a mí esta es una serie que me entretiene y a la que no le pido más. Supongo que quizá porque, si se lo pidiera, hace mucho tiempo que la habría dejado aparcada.

Difícilmente habría llegado a esta sexta temporada, que no es otra cosa que más de lo mismo.

Si no me divirtiesen las salidas de Gaby (últimamente es a la única de las cuatro a la que no le tengo ningún tipo de manía. A Lynette le tengo manía intermitente. Bree últimamente me resulta un poco indiferente. Y Susan lleva seis temporadas recibiendo mi odio más incondicional) y los pequeños misterios de varios capítulos (como el tal Sam con Bree esta temporada), difícilmente seguiría viéndola.
Especialmente cuando esta temporada tiene partes tan flojas como la trama del tal Eddie, que se vio venir tan de lejos en el "previously on" del capítulo pasado y que, sobre todo, a mí al menos me importa un pimiento: me parece un poco (bastante) cogido todo con pinzas, no me interesa Eddie y, sobre todo, no me interesa un capítulo centrado en él. Además, este capítulo no ha sido como ese capítulo 100, que nos presentaba a un personaje nuevo, que giraba en torno a él... pero que servía para ver algo más de las protagonistas. En este caso no es así; simplemente congela las otras tramas y nos presenta a un personaje que ni nos interesa, ni debería hacerlo.

En cuanto al otro misterio... Dejando a un lado que de misterioso tiene más bien poco (a no ser que les dé por sorprendernos de verdad en la finale), a mí me está gustando. Pero no puedo ser objetiva. John Barrowman. Drea de Matteo. Pues eso.

¡Saludos!

PD: Hace varias semanas que no veo a Craig Ferguson. Youtube me va a paso de tortuga coja últimamente, así que me resulta casi imposible...

24 abr 2010

The Power of Madonna

La semana pasada volvió Glee con un episodio que, aunque entretenido, tampoco me pareció nada del otro mundo. Sí que sentó las bases de un par de cambios (que se han hecho más evidentes en este último episodio), pero por sí solo lo vi algo por debajo de otros de los episodios que hemos visto hasta ahora.
Aun así, lo admito, lo disfruté como una enana, que para eso es Glee y yo soy una gleek convencida.

De todos modos, nada que ver con el episodio de esta semana, ese centrado en Madonna que llevaban tiempo y tiempo anunciando.
Nunca he sido una grandísima fan de Madonna. Como todo hijo de vecino, he escuchado canciones suyas miles de veces y tengo la idea general sobre ella suficiente como para disfrutar de un episodio como este, pero poco más. Por eso, aunque tenía ganas de ver el episodio, tampoco andaba mordiéndome las uñas por la espera.

No importa, porque igualmente me ha gustado mucho. Las canciones que han elegido estaban bien cogidas y, por ejemplo, el montaje con las tres parejas y el Like a virgin fue de los mejores momentos que recuerdo de toda la serie.
Por cierto, me alegra ver que Naya Rivera canta y todo. Que yo sepa, es la primera vez que vemos a Santana cantar algo en todo lo que va de serie. Supongo que eso quiere decir que a las dos cheerios les están buscando (y quizá encontrando) un lugar propio dentro de la serie y del grupo. Los one-liners de Brittany a mí me tienen ganada desde hace tiempo, pero se nota que ahora, supongo que gracias al feedback de las reacciones tras la primera tanda de episodios, saben aprovecharla mejor. Y a Santana da la sensación de que le están intentando dar su propio hueco.

Por supuesto que el otro momento del episodio fue el vídeo de Vogue, que antes ya había dado unas seiscientas vueltas por internet, pero que igualmente mereció la pena. Ese momento “Lauren, Katherine, Lana too. Will Schuester, I hate you” es simplemente épico.

(Por cierto, ¿soy yo o Chris Colfer está guapísimo en el vídeo?)

En cuanto a los cambios que he comentado que vi, admito que son poquitos y relativamente pequeños (¿para qué vamos a cambiar algo que funciona estupendamente?), pero yo creo que bastante acertados.

Por un lado, estos dos episodios los he visto bastante menos Rachel-céntricos que los anteriores. Adoro a Rachel. De hecho, es fácilmente de mis personajes favoritos. Pero es cierto que a veces todo giraba demasiado en torno a ella, cuando en realidad el personaje funciona mejor cuando no es así, ya que con que ella opine que el mundo gira en torno a ella es suficiente para el personaje. Y si se centran en ella, no queda otra que dejar de lado a otros personajes, aunque sea simplemente por falta de tiempo. En este segundo episodio, no solo la serie se ha hecho una especie de autocrítica a sí misma reconociendo el constante protagonismo de Rachel en todos los números, sino que lo ha aprovechado para sacar al escenario a los demás. Kurt y Mercedes uniéndose a las cheerios por un lado, y avanzando (por fin) con la trama de Tina y Artie (oh, la bronca de Tina a Artie fue simplemente genial) por otro.

El segundo cambio es el hacer “semanas temáticas”. Me explico, ya sé que eso estaba ahí. Ya sé que desde el principio de la serie cada capítulo tiene un tema central y todas las canciones giran un poco en torno a él. En eso no ha cambiado. Pero sí que ha cambiado en la forma de presentarlo. Antes simplemente plantaban las canciones ahí, y el tema aparecía como quien no quiere la cosa (a veces dando la sensación de que intentaban bombardearte con tal o cual idea). En estos dos últimos episodios, las canciones iban directamente con tema incorporado: el propio Glee Club tenía su semana temática, con lo que tiene sentido que todo gire en torno a ello.
No sé cuánto durará esto, pero espero que no lo descarten demasiado pronto. A mí desde luego me gusta mucho más así. Me resulta mucho menos forzado.

Por lo demás, está claro que Glee vuelve siendo la misma que dejamos en diciembre. Los Glee Kids vuelven a ser los pardillos del instituto. Sue Sylvester sigue empecinada en llevarse a Will y a sus chicos por delante (oh, y en seguir con las coñas sobre el pelo de Will). Y en general todo sigue siendo lo mismo.
Y el detallito de los folletos del despacho de Emma, por supuesto. Merece la pena pausar simplemente para leerlos.

Me falta hablar de los personajes nuevos. Porque, si hay algo de lo que tenía muchísimas ganas, era precisamente de ver a Jonathan Groff y a Idina Menzel en sus respectivos personajes. Visto lo visto, me puedo dar por contenta.
El personaje de Idina, al que vimos en el episodio de la semana pasada, resultó fresco y una mezcla de surrealismo y sentido común (seh, es posible mezclar ambas cosas y que no quede como la cosa más psicodélica del mundo) bastante original. Habrá que verla más adelante, pero de momento a mí no me decepciona. Y esa sensación de amenaza promete.

Y luego está Jesse. ¿Qué voy a decir de Jesse, aparte de que en un par de líneas se subió de un salto al escalón de mis personajes favoritos? Me encanta que sea una versión masculina de Rachel que al mismo tiempo es totalmente diferente a ella. Porque, mientras comparten divismo, Jesse tiene una mala leche que escapa totalmente a la inocentona de Rachel. Por eso (y por la química que tienen Jonathan Groff y Lea Michele en pantalla), me encanta la pareja que hacen, y los momentos en que salen juntos son de mis favoritos.
Oh, ya que estamos, aprovecho para decir que adoro el pelo de Jesse (el de Jonathan Groff solo a veces :P).

Veremos cómo llevan la trama (el por dónde no hace falta que me lo pregunte, porque creo que es bastante obvio). De momento, su entrada en el Glee Club me ha gustado y puede hacer que se den situaciones interesantes (y frases geniales, como el “What the hell?! Seems like now everybody is doing things just to hurt my feelings!" de Finn).

¡Saludos!

PD: Lo que sí me sigue chirriando (aunque no me voy a poner quisquillosa) es la manera en que tienen de sacarse una actuación preparadísima de la manga. Cuando Finn y Rachel se ponen a cantar en este último episodio, usando eso de “vamos a ensayar”, queda un poco como el “How about… I sing you a song!” de Robin Sparkles. A lo mejor un día me acabo haciendo a ello (igual que me he hecho al surrealismo de que vayan apareciendo cuartetos de cuerda por la vida cada vez que les da por ponerse a cantar), pero de momento sigue sin convencerme.
PD2: Se me olvidaba comentar... Nunca me había fijado en lo expresiva que es Dianna Agron. En este último capítulo Quinn dirá media frase, pero las caras que pone son impagables. Vamos, que apenas sale, pero igualmente te das cuenta de que está ahí.

23 abr 2010

A la décima (por decir un número) va la vencida

No me lo creo. De verdad que no. Es decir, mira si no me lo creo que tenía pensado subir hoy una entrada sobre Glee y la he cambiado por la de Idol. Y es que ocurrió lo que después de ese Apologize empecé a dudar seriamente que ocurriría: nos quedamos sin Tim.


Voy a romper una lanza a favor de este chaval, eso sí. Es cierto que esa primera presentación suya, ese Apologize, fue horriblemente atroz. Y que el chico es bastante inconstante (lo mismo se defiende decentemente una semana que a la siguiente se dedica a torturar canciones que no tienen la culpa de nada). Pero a cada cual lo suyo: ha mejorado una barbaridad desde que empezó la edición. Y no es tanto que haya mejorado su voz, sino que da la sensación de que poquito a poco se ha ido haciendo consciente de sus (muchas) limitaciones y ha sabido ver qué es lo que puede explotar y qué es lo que le conviene disimular. Quizá esta semana no fuera su semana más fuerte en este sentido (a lo mejor es cosa mía, pero lo vi totalmente fuera de tono. No sé si la canción estaba demasiado baja para él o qué, pero me resultó bastante desagradable la mitad del rato), pero, contrariamente a lo que hubiera dicho al principio de la edición, tampoco creo que sea el eslabón más débil. Para eso ya tenemos al cansino de Aaron, por ejemplo.
En cualquier caso, le ha tocado irse esta semana. No voy a decir que inmerecidamente, porque no lo es; por mucho que opine que ha mejorado, eso no quiere decir que cante estupendamente bien. Sus actuaciones (salvo momentos concretos) ya no se me hacían horriblemente dolorosas de ver. E incluso tenía un punto fuerte que ya comenté la semana pasada: ese buenrollismo que transmite continuamente. Pero no era de los mejores. Lo sabíamos nosotros, lo sabía él y lo sabía el tipo sordo que pasaba por ahí. Creo que las únicas que no lo sabían eran las quinceañeras sobrehormonadas que también pasaban por allí y que lo han mantenido en el concurso hasta ahora, a veces a costa de otros que se lo merecían más.
Oh, y me encantó que se fuera con la sonrisa en la boca (están dejando a Mike a la altura del barro, entre unos y otros). Bien por él.

En mi opinión, de todos modos, el que debería haberse ido esta semana (o la anterior, o la anterior, o la anterior a esa) es Aaron. No lo entiendo, de verdad que no. No entiendo cómo tienen la mala leche de decirle lo bien que canta. Y sí, digo mala leche, porque lo engañan a él (malo) y además consiguen que tengamos que tragarnos otra de sus actuaciones (peor). Quizá con un par de años más, mi opinión sería distinta. Quizá le habría dado tiempo a formarse un poquillo, a darle un poco de personalidad a su voz, a hacerse a un estilo, en vez de cantar karaoke de la forma más ñoña y cansina posible. La verdad es que incluso con ese par de años dudo bastante que hubiera mejorado demasiado, pero oye, a todo el mundo hay que darle una oportunidad. Pero lo que no tiene vuelta de hoja es que ahora mismo deja bastante que desear. Su actuación me pareció, con diferencia, la peor de la noche. Y mantengo lo mismo que ya he dicho mil veces: quizá si simplemente lo escuchara me limitaría a decir que no me gusta. Pero es que, cuando lo que haces es verlo encima del escenario, da verdadero mal rollo. Es como un chaval de doce años intentando hacerse pasar por un hombre de cincuenta. Pues eso.

Como el propio jurado, voy camino de repetirme más que un disco rayado. Pero es que, cuando ves la actuación de Aaron y sus opiniones, y lo comparas con la actuación de Siobhan y sus opiniones... pues aquí hay algo que no cuadra. Porque nuevamente se pasaron seis pueblos con ella. A mí su versión del When You Believe me pareció más que decente. No soy una gran fan de la canción original, eso también es verdad, pero no veo sentido a esas comparaciones tan desfavorables con la original. Porque es algo que se sacan de la manga cuando les conviene. Es decir, ¿acaso si hubiéramos comparado la mitad de las actuaciones en lo que va de programa con la canción original, no habríamos dejado a prácticamente todos los concursantes a la altura del barro? Y lo cierto es que si aquí hacemos como con los demás y dejamos a un lado las comparaciones, Siobhan no estuvo mal, para nada. No fue una actuación redonda (a mí, por ejemplo, la primera mitad me pareció mucho más conseguida que la segunda, en la que a ratos no la acababa de ver), pero ni mucho menos fue una mala actuación.


De todos modos, un escalón por encima estuvo Crystal, distinta a como la habíamos visto hasta ahora, sin guitarra y algo más emocional (incluido ese final de canción en el que se puso a llorar como una Magdalena). El inicio de la canción fue estupendo, y solo con su voz consiguió llenar todo el escenario. El resto de la actuación también estuvo bien, muy Crystal: el perder la guitarra no le hizo perder su sello de identidad. Desde luego, una actuación bastante más que decente.


Aun así, no fue mi actuación favorita de la noche. Ese lugar se lo reservo a Lee, que acabó de conquistarme del todo con su versión de The Boxer. Puede que aquí jugara un papel importantísimo la elección de la canción, porque The Boxer es una de mis canciones favoritas de toda la vida. Pero lo cierto es que su versión me gustó mucho, me lo creí. Por eso, si antes ya me tenía ganada, con esta canción se ha convertido en mi favorito sin duda alguna, sin peros y sin tener que pelearse con nadie por el puesto. Seh, me gusta mucho Lee. Eso sí, como intenten volver a convencerme de lo lejos que ha llegado después de ser un vendedor de pintura, creo que acabaré cortándome las venas.


Bastante más flojo estuvo Casey. No me pareció una actuación mala. De hecho, me pareció bastante correcta (más constante, por ejemplo, que la de Siobhan. Y, sin embargo, me pareció peor en conjunto). El problema es que hizo una versión estupenda, pero ya está. No le añadió absolutamente nada, ni su actuación me aportó nada en absoluto. De esas que da la sensación de que te la podrías haber saltado y el resultado habría sido el mismo. Y a estas alturas de la película no se lo puede permitir. Me daría mucha pena verlo irse antes de Aaron o Mike, pero es lo que va a pasar como no elija bien esta próxima semana.
Por cierto, antes de que se fuera me gustaría verlo cantando Free Bird de Lynyrd Skynyr. A lo mejor me equivoco, pero creo que le pegaría esta canción (eso sí, como la estropease demasiado dolería mucho, porque es otra de mis canciones favoritas).

Y en cuanto a Mike... pues ya es que me da hasta pereza comentarlo. Sus actuaciones son estupendas para aprovechar para hacer otra cosa. En este caso, además, pelín bizarre, porque la canción le pegaba como a un cristo dos pistolas. Espero que se vaya pronto, de verdad. De hecho, llevo tiempo y tiempo esperándolo, pero nada, no hay manera. Pasa un poco como con Aaron, que no nos lo quitamos ni con agua caliente. Ni siquiera cuando está a puntito de irse, porque entonces es cuando llega el jurado a aguarnos la fiesta.

¡Saludos!

PD: Cada vez me dan más grima las camisetas de Simon.
PD2: Del Idol Gives Back lo cierto es que me salté la mitad de las actuaciones (¡yo lo que quería eran los resultados, no a los BEP!); las únicas que vi completas fueron la de Annie Lennox y la de Elton John. Ahora, me reí un montón con Wanda Sykes. Ese "Come on over here and remind America why they didn't vote for you" fue genial.

20 abr 2010

Trasladándome a Treme


La semana pasada empezó Treme. Y, como ya tenía claro que iba a pasar (¿Nueva Orleans y HBO? ¿Dónde hay que firmar?), de cabeza me puse con ella.

El piloto me encantó, me atrapó completamente y me trasladó sin el más mínimo esfuerzo a la Nueva Orleans post-Katrina. Me acercó a unos personajes curiosos, interesantes y, sobre todo, muy muy humanos.

Cuando una serie consigue hacerte empatizar con un montón de personajes diferentes a los que acabas de conocer y de los que, aparentemente, solo conoces un par de detalles, está claro que hay algo que está haciendo muy bien. Y, como digo, eso es lo que pasa con Treme. O, al menos, es la sensación que me ha dejado a mí (que ya sabemos que yo soy una personita simple e impresionable, pero no creo que en este caso ese sea el motivo :P).

Solo llevamos dos episodios y a mí ya me tiene totalmente atrapada. Los cincuentaytantos minutos que duró el segundo capítulo (más en el caso del piloto), a mí no me duraron más de diez y me dejaron con muchas ganas de más.

Quizá sea en parte algo conseguido gracias a esa habilidad que comentaba al principio, de trasladarte con un par de imágenes a las vidas de estos personajes, de hacerte vivir con ellos la reconstrucción de sus vidas (que va bastante más allá del Katrina). Quizá también ayude esa música que llena cada escena y a cada personaje, elegida con cuidado y muchísimo acierto.

O quizá sea simplemente que la serie tiene toda la pinta de ser una verdadera maravilla. Y no digo que lo sea porque dos capítulos me parecen muy poquito para juzgar. Aunque hayan sido dos capítulos tan buenos.

Por cierto, me encanta el opening.



¡Saludos!

18 abr 2010

El quiero y no puedo de Life Unexpected


Yo empecé a ver Life Unexpected con toda la ilusión del mundo. Soy la primera que disfruta de los buenos momentos (de los malos no, tan masoca no soy) de Gossip Girl como la que más, y de los surrealismos y trascendentalismos adolescentes de The Vampire Diaries (hasta nuevo aviso, sigue siendo mi comedia involuntaria favorita).
Pero lo cierto es que a la CW le hacía falta una serie un poco más “clásica” (y ya sé que ese no es el término, pero ahora mismo ando pelín espesita). Un poco más entrañable, menos frívola. Un poco más WB. Un poco más parecida (aunque tampoco vayamos a pedir que sea muy parecida, que eso sería directamente un milagro) a Gilmore Girls.
(Por cierto, hago una pequeña pausa, y de paso aprovecho para seguir con el uso indiscriminado de paréntesis, para decir que ahora mismo me estoy viendo Gilmore Girls de forma decente. Es decir, todas las temporadas y por orden, algo que no había hecho en la vida, ya que había visto chorrocientos capítulos, pero siempre sueltos. Supongo que cuando acabe haré un pequeño resumen de impresiones)

Y se nota, se nota que esa era la intención inicial de la serie. Y así fue además como se intentó vender.

El problema es que, vistos los trece episodios que componen esta primera temporada, se queda en eso, en una simple promesa, en una declaración de intenciones que los guionistas luego no supieron cómo cumplir.

Yo creo que el principal problema de la serie es que no han sabido crear unos personajes a la altura de una idea que podía haber dado (pero no dio, precisamente por ello) bastante de sí. Cuando lo que intentas es quitarte esa etiqueta de cadena frívola (en el sentido más positivo y más negativo del término), lo primero que necesitas son unos personajes entrañables, relativamente cercanos. Y lo siento, pero esta serie no lo consigue. ¿Cercanos? Pues es posible, no lo tengo yo muy claro. ¿Entrañables? Ni de coña.


Vistos los trece episodios, solo hay un personaje que se salva de la quema: Ryan. Y el problema que aparece entonces es que, viendo cómo es, que es el único con un par de dedos de frente y que además es un encanto, es totalmente imposible entender cómo es posible que no tenga otra cosa que hacer que aguantar las tonterías de todos los demás.
Los demás, pues a cada cual peor. La palma, de todos modos, se la llevan las dos chicas principales: Lux y Cate. La primera, a la que en un principio nos la intentaron vender como una chica relativamente madura, relativamente sensata (ya sabemos, lo que mola es que los niños sean más adultos que sus padres), ha resultado ser una niñata consentida y protestona, cuya principal actividad consiste en hacer y deshacer las maletas al menos una vez por episodio después de otra de sus pataletas (el momento en que se va de casa de Cate porque ésta no quiere acoger a Tasha es de vergüenza ajena). La segunda no ha salido muy diferente: es igual que Lux, solo que además hay que añadirle ese carácter de veleta que tiene. Ese ahora sí, ahora no.
En cuanto a Baze, tengo que admitir que al principio me gustaba. Me caía más o menos simpático, especialmente puesto al lado de Cate. El problema es que no me gusta nada por dónde han llevado al personaje.

No es por nada, pero estoy hasta las narices de que todo el mundo se dedique a echarle la culpa de todo a sus daddy issues. Me parece una excusa muy pobre y, en el caso de una serie de televisión, una falta de originalidad tremenda por parte de los guionistas.

En definitiva: la serie ha sido, en conjunto, una verdadera decepción. No sé si la renovarán o no, pero la verdad es que me interesa bastante poco lo que pase con ella. La acabé por tener una visión completa, pero si la temporada hubiera sido algo más larga, lo más probable es que se hubiera quedado a la mitad. Así que poco me importa que haya o no segunda temporada, porque yo la he borrado ya de mi lista de series.

¡Saludos!

PD: Absolutamente nada que ver, pero a cada capítulo que veo de la sexta de Lost, más convencida estoy de que lo mejor de la temporada son las páginas de Feisbuk que aparecen como setas después de cada capítulo.

17 abr 2010

Y dos menos

Esta última semana he estado bastante liada, así que no he tenido nada de tiempo para actualizar. Por eso, entre otras muchas entradas pendientes (siempre ando igual), se quedó el comentar la cara de imbécil que se me quedó la semana pasada cuando en Idol no se fue nadie. Comprendo por qué salvaron a Mike, y tengo que admitir que inesperado precisamente no fue, pero desde luego tampoco fue algo que me gustara. Lo siento, pero no le acabo de pillar la gracia a este hombre. Que sí, que ya lo sabemos, que no tiene mala voz. Pero tampoco es nada del otro jueves, y viendo la mala leche y el mal perder que demostró el otro día, no creo que se merezca lo más mínimo estar ahí. Ya podría aprender de Katie y Andrew, a los que a cambio les ha tocado irse (más o menos merecidamente, ahora lo comentaré), y lo han hecho con toda la educación y el buen perder del mundo.

Y empezaré a comentar, precisamente, por Mike. La semana pasada, fíjate tú, su interpretación de Eleanor Rigby, con todo lo bizarre que pudiera resultar, me pareció lo mejorcito que ha hecho en todo lo que va de concurso. Lo más vivo, lo menos soso. Esta semana, sin embargo, ha vuelto a su zona y a mí personalmente me ha vuelto a aburrir soberanamente. Y con cosas como esta es con las que me da rabia que no se guardaran el save. O que no se lo dieran a Didi, que se lo merecía muchísimo más.

Como Mike no se fue la semana pasada, esta semana tenían que irse dos. Y el primero de ellos fue Andrew. Y esta ya sí que sí fue una expulsión merecida. El chaval me cae estupendamente, pero soy incapaz de pillarle el punto. Su actuación de la semana pasada me pareció puro karaoke. La de esta semana, tres cuartos de lo mismo. A su favor: que este chico me parece un encanto.

Y hay quien dice que el que se debería haber ido, de cabeza, es Tim. Y, hombre, hace unas semanas le habría dado completamente la razón. Pero ahora mismo no lo tengo tan claro. Vaya por delante que a mí este chico no me parece nada del otro mundo, y que soy la primera que no entiende la fascinación de las teens sobrehormonadas por él. Pero creo que estas dos últimas semanas ha vuelto a estar bastante acertado. Cuando este chico es capaz de ver sus limitaciones y elige una canción acorde a ello, es capaz de estar bastante correcto encima del escenario (la canción que eligió la semana pasada le iba como anillo al dedo. Y esta semana estuvo correcto sin más, pero algo es algo). Y además es que tiene una cosa buena: cuando se sube al escenario transmite buen rollo. Y no será un cantante de la leche, ni especialmente guapo, pero ese buen rollo le da unos pocos puntos.


En cambio, el que sí que ni de coña entiendo qué leches sigue haciendo ahí es Aaron. Y, sobre todo, no entiendo por qué intentan vendérnoslo y hacernos creer que tiene una voz impresionante y que además es adorable. Porque lo siento pero no. Su canción de la semana pasada fue más de lo mismo, karaoke puro y duro. Y en la de esta semana se lo veía tan fuera de lugar que hasta daba mal rollo.

Y lo mismo que nos intentan vender a Aaron, intentan hacer con Siobhan lo mismo que ya hicieron con Didi. A mí esta chica me sigue gustando mucho (y llamadme hortera, pero me encanta cómo viste). Es cierto que de vez en cuando pega bajones, pero la mayor parte del tiempo sigue siendo bastante superior a la mayoría. Y, si esta semana no es que me dijera especialmente mucho (sin estar mal, conste), su Across the Universe la semana pasada me pareció una preciosidad.


Ya dije que con eso de salvar a Mike, esta semana tuvieron que irse dos (y no veas la rabia que me dio que uno de ellos no fuera precisamente Mike). La segunda en irse fue Katie. Y aquí no sé muy bien qué decir. Es cierto que al principio me parecía forzadísima y no me gustaba un pelo. Pero también es cierto que poquito a poco ha ido encontrando su lugar, su estilo. Estas últimas semanas, independientemente de la calidad de la actuación (su Let It Be fue de lo mejorcito de la noche, pero su actuación de esta semana fue bastante floja), se la veía mucho más cómoda y resultaba mucho más fácil de ver. No voy a decir que no mereciera irse, porque viendo que se quitaron de en medio a Lilly y a Alex antes incluso de empezar, y a Didi más adelante, la criba que yo habría hecho habría dejado con cabeza exactamente a cuatro concursantes, pero, como viene siendo habitual, dudo muchísimo que fuera la que más se lo merecía.

Desaparecida Katie, ya solo nos queda, aparte de Siobhan, otra chica, que es precisamente Crystal (resulta curioso ver que, después de que las chicas estuvieran desde el principio por encima de los chicos, las que han ido cayendo semana tras semana han sido ellas precisamente). De Crystal poco voy a decir, salvo que me gusta mucho. Tiene un estilo propio, se la ve cómoda y es una gozada verla actuar cada semana.


Otro que me gusta es Casey. Y esto es totalmente subjetivo, porque no creo que tenga la mejor voz del concurso, ni que sea el más carismático, ni nada. Pero me gusta muchísimo su tono y el tipo de canciones que suele escoger. Aparte, me cae simpático; le veo pinta de hermano mayor xD.

Para acabar, el que me ha ido ganando semana a semana hasta convertirse muchas veces directamente en mi favorito: Lee. Creo que de un tiempo a esta parte ha encontrado el tipo de canciones que mejor le van. Su Hey Jude de la semana pasada, sin ser tampoco nada del otro mundo, me gustó porque lo vi muy muy seguro encima del escenario. Y su actuación de esta semana ha sido, para mí, la mejor de todas las de la noche con diferencia.


Y esto es todo. Ahora a ver quién es el próximo en caer. Yo cruzaré los dedos para que sea Aaron. Seguido de Mike. Y después Tim.

¡Saludos!

PD: Por cierto, ¿soy yo o Ryan Seacrest estaba especialmente gilipollas esta semana? Entre los comentarios y el bailecito idiota, de verdad que cada día me cuesta más aguantarlo.
PD2: Y qué grande es Adam Lambert, coñe!

7 abr 2010

The Eleventh Doctor


Este fin de semana pasado volvía Doctor Who. Y volvía con un montón de cambios de la mano: nueva intro (no la acabo de ver), nuevo logo (este lo digo tal cual: no me gusta. Me gustaba más el otro, tenía más personalidad. Y, sobre todo, el estilo de este me da la sensación de haberlo usado en algún trabajo durante la ESO. He dicho) y la TARDIS redecorada por dentro.
Pero, sobre todo, nuevo Doctor (cambiamos a mi querido Tennant por Matt Smith) y Steven Moffat tomándole el relevo a Russel T. Davies.

Esperaba con muchísimas ganas este inicio de temporada y la verdad es que, pese a que algunos cambios no me hayan convencido (los que he comentado: la intro y el logo... Y realmente son lo de menos), como inicio de temporada ha sido estupendo.

Me fiaba completamente de Moffat, porque no por nada muchos de mis capítulos favoritos de la serie son cosa suya (me quedo con The Empty Child/The Doctor Dances y Blink. Después, The Girl in the Fireplace). Y no me ha defraudado. Este primer capítulo, aparte de unos cuantos guiños precisamente a estos capítulos que he nombrado, nos ha dado más de lo mismo... pero diferente.

Y es que no cabe duda de que este nuevo Doctor sigue siendo el Doctor, capaz de salvar al mundo en veinte minutos con un portátil y un móvil. De que es capaz de hacernos reir (el momento del capítulo en el que hace que la Amy niña le prepare un montón de comida (para acabar comiendo varitas de pescado con natillas :P) se ha convertido ya en uno de mis momentos favoritos de la serie), de entretenernos y de tenernos con el corazón en un puño, todo en un mismo capítulo.

Matt Smith, por su parte, que era el cambio al que más miedo le tenía (es que después del cariño que le cogí a David Tennant en el papel...), me ha convencido. Es decir, aún tengo que acabar de hacerme a él (y es normal. Después de Eccleston también me costó un par de capítulos hacerme a Tennant. Y al final acabó encantándome), pero en este primer capítulo se ha defendido de sobra, y le ha aportado unos elementos muy buenos al personaje.
En cuanto al personaje del Doctor, habrá que ver por dónde lo llevan esta temporada, si con el chute de energía y optimismo que llevaba en este primer capítulo (y que también tenía el décimo Doctor, sobre todo al principio) o ensombreciéndolo un poquito (cosa que también ocurrió con los dos anteriores). Quizá un poco de todo. Quizá. Yo la verdad es que creo que hagan lo que hagan voy a estar contenta.

Y en cuanto a la nueva acompañante, Amy (por cierto, ya lo dije el otro día, pero lo repito: me he enamorado completamente de esta chica) promete ser muy interesante. Porque a diferencia de las demás, le pasa como a Madame De Pompadour en The Girl in the Fireplace: ella se ha criado con el Doctor como parte de su vida, esperando su visita. Pues sí, promete ser muy interesante.

En fin, un arranque de temporada que a mí personalmente me ha gustado mucho. Llevo desde el domingo mordiéndome las uñas esperando el próximo.

¡Saludos!

PD: Por cierto, el momento en que el Doctor les dice que es el que se encarga de proteger la Tierra y salen varios de los enemigos del pasado, así como los diez Doctores anteriores, me pareció una preciosidad. Y fun y pin.

5 abr 2010

Children of Earth


Hace unos días (una semana, concretamente) acabé de verme la tercera temporada de Torchwood. Sí, lo sé, ya sé que dije que iba a intentar estirarla todo lo que pudiese, pero oye, lo normal hubiera sido que la acabara mucho antes.

Acabé de verme Children of Earth y me dejó tan sin palabras que decidí esperar unos días, organizar mis ideas, callar a mi fangirl interior (eso solo lo he conseguido a medias) y entonces escribir algo sobre ella.

Y digo que me dejó sin palabras porque consiguió lo que no me esperaba: despegar completamente y convertirse en lo que llevaba prometiendo (sin acabar cumpliendo la promesa) desde el principio.

Conste en acta que a mí me enganchó prácticamente desde el principio. Pero es que tampoco era muy difícil, teniendo a Jack de protagonista (y eso que el personaje para mí perdió unos pocos puntos respecto a lo que habíamos visto en Doctor Who. Luego en Children of Earth en mi opinión los ha vuelto a ganar y se ha hecho con unos cuantos más). Los capítulos eran entretenidos y los casos eran pasables. Y las historias de los personajes, sin ser nada del otro mundo, también daban lo suficiente como para que quisiera ver el siguiente capítulo al momento.
¿Que las dos primeras temporadas tuvieron momentos malos? Malos no, lo siguiente. Rozando la vergüenza ajena en algunas ocasiones, como el malo final de la primera temporada.
Pero en definitiva era una serie normalita, pero que a mí me enganchó completamente.

Hasta que llegó la tercera temporada y subió unos cuantos escalones del tirón.

(Aviso, a partir de aquí hay spoilers de Children of Earth)


El punto de partida de Torchwood, la idea inicial, era una especie de Doctor Who más adulto. Durante las dos primeras temporadas, en ese sentido se quedó en un quiero y no puedo. Y, sobre todo, no le llegaba ni a la suela de los zapatos a su hermana mayor.

Pero en Children of Earth consiguió ese tono más adulto. Y, sobre todo, muy oscuro. Al fin y al cabo, el argumento al completo de la temporada es bastante más complejo, serio y difícil (no de entender :P) que lo que habíamos visto hasta entonces. Y de lo que vemos en la mayor parte de las series de televisión. Sí, los malos malísimos eran aliens. Pero ni siquiera en ese sentido puede decirse que los malos malísimos fueran tan malos malísimos. Porque esos aliens no es que fueran malos porque querían destruir a la raza humana, que para eso existen. No, eran una panda de yonkis que necesitaban su dosis. ¿Que lo que querían eran niños? Pues sí, pero no los querían por el simple hecho de ser malos malísimos, sino porque dependían totalmente de ellos.
Y entonces los humanos juegan su papel. Después del ultimátum (o me dais al 10% de los niños, o me cargo a la raza humana al completo), tienen que decidir lo que hacen. Y vemos a los políticos decidiendo. Vemos a los políticos luchando primero por protegerse a sí mismos, a su familia, y luego a los demás. Y los vemos discutiendo qué 10% sería mejor quitarse de en medio. Qué colegios son los que deben caer antes. Qué niños (futuros adultos) es más conveniente que no pasen el proceso de selección. Y lo hacen con sangre fría.
Sería muy fácil pararse entonces decir que los malos de la película son los políticos (siempre son los políticos), pero está hecho de tal manera que a mí no me costó demasiado ponerme en su lugar (da miedo, ¿a que sí?).

Entre ellos, por cierto, un personaje cuyo final fue el tercer momento más duro de la temporada (y eso que tiene muchos. Porque intensa fue un rato): John Frobisher (interpretado, por cierto, por Peter Capaldi, al que se le da estupendamente interpretar este tipo de personajes... Es el que hace del padre de Sid en Skins, por ejemplo), un pobre desgraciado que de lo único de lo que es culpable es de estar en medio y tenerse que ocupar de acabar el trabajo sucio de los demás. Porque los demás no pueden tener las manos manchadas cuando toque dar explicaciones. Y es el mismo que, como es menos importante, tiene que servir de ejemplo. El momento en el que mata a su familia (y después se pega un tiro) para no tener que entregar a sus hijas, es probablemente uno de los momentos más duros de la serie.

Pero no es el único. Y es que al personaje de Jack le dan varias vueltas y lo transforman. Nos muestran una faceta suya que no habíamos visto (y que a mí personalmente me gustó mucho). Pues cuando descubren (en el último minuto, of course) la manera de acabar con la amenaza, es capaz de sacrificar a su propio nieto por el bien común. Y ver con sus propios ojos cómo muere sin echarse atrás.
Ese momento fue el que hizo que la serie se ganara definitivamente mi respeto. Y el responsable de que cada día tenga más claro que, si acaba saliendo adelante la versión americana de la serie, ni me molestaré en echarle un vistazo (lo mejor que ha dado Torchwood ha sido esta tercera temporada. Y, si dudo mucho que la versión americana salga del carácter episódico y algo descafeinado de las primeras temporadas, más dudo que sean capaces de construir un héroe que haga algo así).

Y más o menos eso es todo lo que voy a decir. Bueno, una cosilla más. Y es que he dicho que para mí la temporada ha tenido tres momentos especialmente duros y solo he nombrado dos. El tercero, por supuesto, fue la muerte de Ianto. Adoro a Ianto. Desde la primera temporada (desde lo de Lisa), le tengo un cariño especial al personaje. A su lealtad (primero hacia Lisa y después hacia Jack). Me encantaba por sí mismo y me encantaba la pareja que hacía con Jack.
Normalmente no suelo llorar con las muertes de personajes (bueno, con algunos sí, pero antes tienen que ganarme). Y puedo decir que Ianto entra en la lista de los pocos que me han hecho acabar con mis provisiones de pañuelos (en el final de Angel cayeron dos que también lo consiguieron. Y alguno más hay, pero no muchos).

¡Saludos!

PD: Visto el comienzo de la quinta de Doctor Who. De Moffat me fiaba total y absolutamente (al fin y al cabo, algunos de mis episodios favoritos son suyos), pero Matt Smith tenía que ganarme. De momento, prueba superada. No es Tennant y me va a costar un poquito acabar de acostumbrarme (pero bueno, también me costó un par de episodios acostumbrarme a Tennant después de Eccleston... Y eso que acabó convirtiéndose en una especie de Dios), pero algo es algo. Y me he enamorado completamente de la nueva acompañante :P.

3 abr 2010

Mi problema con Gossip Girl


Lo admito, soy una de esas personas que se engancharon sin remedio a la primera temporada de Gossip Girl.
Me encantaban los tejemanejes que se traían, las intrigas que se montaban. Y me encantaba Blair. Y me encantaba Chuck.

Además, a ratos tenían a Michelle Trachtenberg (desde la séptima temporada de Buffy estoy perdidamente enamorada de ella) como la genial Georgina Sparks.

Toda la temporada completa fue un WTF continuo y fascinante, pero que se sostenía perfectamente, pues era coherente consigo misma. Y el final a mí al menos no me decepcionó: la escena entre Blair y Georgina, las bitches oficiales de la serie, fue simplemente genial.

Pero entonces llegó la segunda temporada y los guionistas se empezaron a quedar sin ideas. Todas las tramas de la segunda temporada consistieron más bien en estirar lo que había ido ocurriendo en la primera.
Pero no fue lo único. Todo el mundo sabe que cuando los guionistas se quedan sin ideas, una de las primeras soluciones es poner a los personajes a dar tumbos de un lado a otro, a ver si así encontramos una solución. Así fue como Jenny no ha hecho otra cosa que ir de niña buena a niña mala y vuelta a empezar una y otra vez.

Y después de la segunda vino la tercera. Si la segunda ya fue un despropósito, la tercera está siendo peor incluso. Admito que una de las razones por las que la empecé fue que en los primeros capítulos salía Michelle Trachtenberg. Después, la he ido siguiendo casi por inercia, porque perder cuarenta minutos siempre será mejor que dedicarlos a hacer algo útil. Pero mucho tienen que cambiar las cosas para que caiga otra vez y empiece con la próxima.

Porque va ya buena parte de esta temporada y siento como que no he estado viendo nada. No hay tramas, no hay argumento, no hay desarrollo. Y lo peor es que, lo que ha cambiado, lo ha hecho para mal. Blair se ha quedado solo con la parte infantil de su carácter y ha perdido la mala leche que tanto me gustaba al principio. A Chuck le han puesto un chip y directamente se parece al Chuck del principio en el aspecto nada más. Nate lleva tres temporadas de personaje principal y aún no soy capaz de recordar un momento en toda la serie en el que haya tenido una trama relativamente decente. Vanessa, que debería haber estado este año mucho menos fuera de lugar, sigue sobrando tanto como antes. Y Dan... Dan es otro que tal baila.

Si digo que lo más pasable de esta temporada está siendo Serena, lo digo todo. Porque no, no me gustaba la Serena del principio y no me gusta la de ahora. Pero al menos se mantiene relativamente constante.

¡Saludos!

2 abr 2010

Otra más que cae

Resulta curioso que, aun cuando desde el principio de esta edición de Idol se ha visto (y se ha dicho) claramente que el grupo de las chicas es más fuerte que el de los chicos, aquí las únicas que caen son ellas. Lacey, Paige y ahora Didi. Me pregunto quién caerá después.

Y la cosa es que, si las dos primeras sí se lo merecían (lo que llevo diciendo desde el principio: sí, se lo merecían, pero otros se lo merecían más), lo de Didi ya sí que no tiene mucho sentido. No llega a ser un despropósito del tamaño de lo de Alex Lambert (seh, sigo con mi pataleta particular, ¿algún problema?) o Lilly, pero sigue siendo bastante increíble. No es que Didi fuera mi favorita. En lo que va de programa la he visto a ratos bastante bien, pero también a ratos bastante mal (y es una de esas personas que, cuando desafina (y lo hace), duele de verdad).

Esta semana en concreto, su actuación no es que fuera de lo mejorcito, pero ni de lejos fue la peor. Muy dramática y a ratos dando algo de miedo… pero eso no es nada comparado con lo de Aaron o lo de Tim (y ahí anda empatada con Siobhan, solo que Siobhan ha sido más constante a lo largo del programa). Me da penita, de verdad. Esta chica, además de ser guapísima, tiene una voz muy bonita. ¿Que no sabe usarla todo el rato? Pues no, pero tampoco lo hacen los demás, y al menos ella los aventaja en cuanto a voz.

De lo que son las actuaciones, poquito voy a decir. Esta semana no tengo cuatro favoritos, sino tres. Son los de siempre menos Siobhan, que hizo una actuación de esas que cuesta acabar. Esperemos que para la semana que viene vuelva a ser la misma Siobhan que habíamos visto hasta ahora.

Así, mi favorito esta semana es un chico. Y no es otro que Lee, que para mí estuvo al menos un nivel por encima de los demás. Además, me gusta que se le vaya viendo más suelto encima del escenario. La gente dice que el chico tiene pinta de ser tímido y que eso se nota. Yo no lo veo exactamente tímido, sino más bien de esas personas que, si los plantas con alguien, seguramente no se les ocurra de qué hablar y se queden callados. Encima del escenario, eso se traduce en que el chico iba un poco a lo suyo y quizá le costaba acabar de conectar con el público. Para mí, esta semana ha dado un paso enorme en ese sentido (algo que ya se le empezó a notar la semana pasada):



Mi top 3 lo completan Casey y Crystal. En ese orden. Y no, ni me he vuelto loca ni me controlan las hormonas (que a mí Casey ni fu ni fa. Me cae simpático, pero por lo demás no me dice mucho :P). Lo veo cómodo guitarra en mano y con este tipo de canciones. Y me gusta mucho su tono de voz.
A Crystal, en cambio, la vi mucho menos cómoda que otras semanas, y precisamente esa naturalidad que suele tener encima del escenario le suele dar muchos puntos. Me sigue gustando, y me gustó su actuación, pero me gusta más la Crystal que hemos visto hasta ahora. Más cómoda, más natural y más definida.
En cualquier caso, bastante bien los dos:




De los demás, no mucho que comentar. Katie sigue sin convencerme, y a estas alturas de la película dudo que llegue a hacerlo. Big Mike me aburre soberanamente, y su actuación de esta semana no solo me pareció más de lo mismo, sino que además me resultó especialmente empalagosa.
Andrew estuvo mejor de lo que lo habíamos visto hasta ahora, pero no me vale. Es decir, estuvo mejor si se compara consigo mismo, pero tampoco para tirar cohetes.
Lo de Aaron fue bochornoso. Y creepy. No importa la canción que elija este chico, que siempre me da un mal rollo tremendo. Yo, de todos modos, no entiendo la fascinación que tiene la gente (y el jurado) con él. Que sí, que es muy crío, ya lo sabemos. Y parece que lo quieren adoptar entre todos. Pero una cosa es eso y otra cosa es intentar hacernos creer que el chico canta bien y sirve para esto. De momento sigue estando cada semana en un karaoke. Y no, no vale ni siquiera por mono. Lo siento mucho, pero el chico no puede dedicarse a eso con la excusa de que es un niño mono.

Al que de momento le está sirviendo lo de “niño mono” (y lo pongo entre comillas, porque la verdad es que el chico es feíllo. Pero tiene buen cuerpo y pinta de haberse escapado de la Disney. De todos modos, si chorrocientas niñatillas sobrehormonadas son capaces de babear por Joe Jonas, yo ya me lo creo todo) es a Tim. No nos lo quitamos ni con agua caliente; ahí sigue semana tras semana. De su actuación poco voy a decir, salvo que mis oídos aún se están recuperando y que me dio casi tanto mal rollo como lo de Aaron (y eso es mucho decir). Aun así, yo ya creo que me río. La cosa llega a unos niveles tan surrealistas e increíbles que, o me río, o me dedico a indignarme por la vida (y bastante disgusto me llevé con lo de Alex Lambert).

¡Saludos!

PD: Lo que sí que fue de vergüenza ajena fue lo de Ryan Seacrest (lo he intentado, de verdad, he intentado no tenerle tanta manía. Pero es superior a mí, lo siento) intentando que Didi dijera lo importantísima que era la canción para ella, lo mucho que significaba. Supongo que si la pobre se hubiera puesto a llorar en directo (pobrecilla, si otra cosa no, pero verla llorar desde luego que la hemos visto a lo largo del programa) les habría ido genial.