22 feb 2014

Pete Campbell, héroe incomprendido

Prácticamente desde que comencé a ver la serie, le tengo bastante cariño a Pete Campbell. Sé que despierta muchos odios, sé que no es un personaje que automáticamente resulte agradable. No es un personaje que tradicionalmente vaya a despertar simpatías, pero al mismo tiempo reúne muchas de esas cualidades que hacen que sienta la necesidad de "adoptar" a personajes de series, sufrir mucho con sus desgracias y esperar (contra toda lógica) que un día consigan ser medianamente felices. Claro que no fue hasta que comencé con la revisión de la serie hace unos meses que me di cuenta de que no es ya solo que se trate de un personaje que merezca todo el cariño de los espectadores, a pesar de no recibirlo nunca. No. Es que en realidad puede considerarse perfectamente el gran héroe incomprendido de Mad Men. Que igual dicho así alguno me toma por loca. Pero es que cuantas más vueltas le doy, más claro lo veo.

No pongo en duda que hay muchas cosas que se le pueden echar en cara a Pete, pero al mismo tiempo, tiene una gran virtud de la que el resto de los personajes carecen completamente: si hay algo que lo caracteriza es su honestidad. Con sus cosas buenas y sus cosas malas, Pete es alguien profundamente honesto, a menudo con los demás, pero sobre todo (y esto es lo más importante) consigo mismo. Y es alguien profundamente honesto rodeado de mentirosos. No es que no haga cosas tan cuestionables como los demás, o que no esté dispuesto a hacerlas, porque las hace. La diferencia es que él al menos no se miente a sí mismo sobre lo que hace. Ni a los demás, realmente. Algo que, al final del día, hace que se gane el rechazo del resto, de todos esos personajes que harían (y hacen) lo mismo, pero que jamás serían capaces de reconocerlo.

Pero no se trata solo de eso, es que es al mismo tiempo la gran víctima de la falta de honestidad del resto. Son las mentiras de la época lo que lo ha empujado a una realidad en la que simplemente es incapaz de encontrar cualquier tipo de satisfacción con la vida que se supone que tiene que tener. Ha seguido las instrucciones al pie de la letra, ha hecho exactamente todo lo que se suponía que tenía que hacer. Y, sin embargo, cuando llega a la meta que le habían propuesto se encuentra aún más perdido que al principio, completamente hundido en la miseria, víctima de la mentira del sueño americano. Incapaz de acabar de entender del todo qué es lo que está fallando.

Su propia honestidad consigo mismo y con los demás es también la razón por la que ni el resto de los personajes ni la mayoría de los espectadores están dispuestos a darle una segunda oportunidad. No cae bien, y por eso no somos capaces de ver que Pete es probablemente el personaje más leal de todo el conjunto. Realmente de esto no me di cuenta hasta el revisionado. O, más bien, no lo vi como una característica tan fundamental del personaje hasta ser más consciente del conjunto de la serie y de las veces que se le da la oportunidad de abandonar el barco y no lo hace. Y esta es precisamente una de las cosas que más llaman la atención del personaje y de la percepción que tiene la mayoría de los espectadores de él. Es un personaje que he discutido muchas veces, con muchas personas distintas, y uno de los comentarios habituales es que es la típica persona que no se lo pensaría dos veces antes de pegarte la puñalada. Y es curioso porque si algo ha ido quedando claro a lo largo de las temporadas es que Pete es justamente de los personajes menos dados a traicionar al resto. Aunque muchos de los otros disimulen sus traiciones con mentiras y palabras bonitas.

Pero en realidad dentro de la serie da igual su lealtad, porque seguirán sin tenerlo en cuenta. No valoran sus méritos, a pesar de que ha demostrado en más de una ocasión que sus ideas no son malas. Y no lo valoran, primero, por todo lo anterior, porque no es alguien que vaya automáticamente a caer bien. Y, segundo, porque realmente la propia existencia de Pete en ese universo no era más que una imagen. Lo compraron como un niñato con nombre que serviría de acceso a otros, y a pesar de todo, a pesar de que ha ido ganándose hueco y haciendo méritos, en ningún momento ha conseguido que la mayoría se quite del todo esa imagen. Y así es como nunca llega a ganarse el respeto que se merece, el respeto que al mismo tiempo busca desesperadamente. Para la gran mayoría, Pete sigue siendo ese niñato y nunca pasará de ahí.

De hecho, otra de las cosas que me llaman la atención es la de espectadores que mantienen también esa opinión de que es un niñato inmaduro. No puede ser un niñato inmaduro porque Pete es muchas cosas, pero precisamente en madurez gana con mucho a la gran mayoría. Uno de los principales rasgos de inmadurez es la incapacidad de uno para responsabilizarse de sus propios actos. Y si lo observamos a lo largo de la serie, Pete puede hacer muchas cosas que no nos gusten, pero esa incapacidad para aceptar su propia responsabilidad no es uno de sus problemas. Es muy consciente de cuáles son sus errores, es capaz de responsabilizarse de ellos. No echa la culpa a los demás por delante de a sí mismo. Y por eso no es inmaduro, ni un niñato.

Realmente Pete Campbell es muchas cosas. Es una colección de defectos, por supuesto, pero también es una colección de virtudes que ni los personajes ni los propios espectadores son capaces de apreciar muchas veces. Pete es, ante todo, una víctima de muchas circunstancias, un personaje roto, un personaje demoledoramente trágico. Y Pete Campbell es, sin ninguna duda, el gran héroe incomprendido de Mad Men.

¡Saludos!

PD: Terminé el otro día la segunda temporada de House of Cards (no me miréis raro, es que el parón de las series de USA da para mucho) y tengo que decir que me ha convencido más que la primera. Sigue sin ser una serie perfecta (aunque bastante recomendable), pero aquí le he visto menos altibajos. Y, sobre todo, consigue que conectes mejor con unos personajes que durante la mayor parte de la primera temporada resultaron demasiado fríos y robóticos.

3 comentarios:

Laura Rodríguez dijo...

Oy oy oy... ¿El héroe? ¿Honesto? ¿De frente? Escucho esas expresiones y no veo a Pete Campbell. Igual porque le tengo mucho repelillo a los trepas, y lo que le hizo a Don en la primera (o segunda) estuvo fatal. Y podría entrar a hablar del machista retrógrada que lleva dentro, pero todos los personajes lo son. Es la época.

En lo que sí estoy de acuerdo es que tiene buenas ideas, y que no lo han dejado crecer porque lo siguen viendo como el niñato aquel que llego a la agencia.

¡Qué ganas de que llegue la 7ma temporada! :)

Saludos,
-L

Unknown dijo...

¿honesto? ¿leal? ¿te acuerdas lo que pasó con Peggy en las primeras temporadas, verdad? Su trama con Peggy es lo que lo ha marcado para siempre y es verdad que ha evolucionado desde entonces pero ni es honesto ni mucho menos leal.
A él lo ficharon porque podría traer grandes clientes, pero es que él se casó con quien lo hizo para tener acceso a los amigos de su suegro. Él entra en el juego, no es una víctima.
Y de paso, en Mad Men héroes ninguno. Heroínas si quieres sí, pero ellos son antihéroes en toda regla.

BabyCatFace dijo...

@Laura, lo que le hizo a Don hay que entenderlo en las circunstancias que fue, después de que Don se pasara ni sé cuánto tiempo ninguneando a Pete, cuando Pete lo único que quería de Don (y en cierta manera ha seguido queriendo hasta hace muy poco) era su respeto (hasta un punto bastante patético, también es verdad). Y aparte hay que tener en cuenta que nos ponemos de parte de Don... ¿por qué? Al menos en esa situación, quiero decir. Él es el que estaba haciendo algo mal, no el resto. No Pete.
Que es pelín trepa no te lo niego (aunque, ¿quién no en esta serie?), pero de verdad que es de los pocos que van de cara. Sin ir más lejos, con lo de Joan en la quinta temporada, su posición puede resultar "despreciable", por supuesto, pero fue el único lo suficientemente honesto como para poner sobre la mesa lo que no era el único que quería hacer (qué críptico queda hablarlo todo sin spoilers, oye).

@Noelia, sí que recuerdo lo de Peggy, y justamente con ella es con quien ha tenido SIEMPRE la relación más honesta, en todos los sentidos. Su relación con Trudy no es ya solo por las conexiones que traía con ella, sino por todo lo que digo del sueño americano. Trudy es la mujer perfecta con la casa perfecta y la familia perfecta, y eso es lo que le han metido en la cabeza a Pete que necesita para ser feliz. Si tenemos en cuenta que además el "modelo a seguir" es algo así como Don, que todos sabemos (y saben) cómo se las gasta, ahí realmente no está siguiendo más que el patrón de conducta que "se espera" de él. No es correcto ni mucho menos, por supuesto, y ya digo que Pete hace cosas despreciables (al igual que el resto). La diferencia es que no lo oculta, o al menos no se lo oculta a sí mismo, que al fin y al cabo es la forma más pura de honestidad.
Y le es muy leal a la gente de esa oficina, que por cierto no se ha ganado en ningún momento esa lealtad. A lo largo de las temporadas (y sin llegar a la decadencia en la que está ahora) ha habido momentos en los que se le ha ofrecido abandonarlos a su suerte de forma que saldría ganando sí o sí. Y no lo ha hecho. Más adelante tuvo la oportunidad de mandar a paseo a Don y ponerlo de verdad en peligro (cuando tenían una cuenta que si mantenían incluía investigaciones de su pasado por motivos de seguridad, no recuerdo cuándo exactamente) y no lo hizo, sin tener él nada que ganar (al contrario, salió perdiendo) por salvarle el pellejo al otro. Y así. No lo demostrará siempre de la forma más agradable, pero Pete es bastante leal.
Y sí, para mí esa honestidad y esa lealtad lo colocan en la columna de los héroes, y de esos no hay muchos en Mad Men. Sí te doy la razón en que heroínas sí que hay (al fin y al cabo, los personajes femeninos son el lado positivo de Mad Men, al menos habitualmente, mientras que por norma general los personajes masculinos son el lado negativo, siendo todos buenos personajes, que no va por ahí), siendo la más clara Peggy. Pero ahí justamente está el contraste que más me gusta entre mis dos personajes favoritos de la serie. Peggy es la heroína clara, la que nadie pondría jamás en duda. Y Pete en cambio es el héroe incomprendido, porque nos cuesta más ver sus buenas cualidades, no porque no las tenga.