30 may 2008

¿Desaparecida?

Pues sí, más o menos. No estoy muerta, para bien o para mal :P, pero el caso es que he andado desaparecidilla últimamente. Y no precisamente porque tenga muchas cosas productivas que hacer, sino más bien por culpa de esos malos bichos que me convencieron para hacerme un fotolog...

Y claro, una se hizo fotolog, con la idea de no actualizar demasiado...

Y al final, pues evidentemente acabó actualizando bastante a menudo u.u'. Cosas de la vida.

Por eso, como el tiempo que empleo en uno es más bien el tiempo que antes empleaba en el otro, aquí puedo echar menos tiempo y tengo abandonadillo el blog. Y eso que me gusta más, pero últimamente me cuesta menos escribir allí.

Así que aquí dejo el link, por si alguien quiere pasarse: http://www.fotolog.com/kera_arena

Intentaré, de todos modos, pasarme por aquí de vez en cuando y dejar alguna cosilla escrita. Pero claro, bastante menos que ante. Por si acaso, sigo por allá ^^.

¡Saludos!

24 may 2008

Y ya no tienen nada...

Hace mucho que no actualizo, y me da rabia. Es simplemente que últimamente no sé muy bien qué escribir. O al menos, no sé qué escribir hasta que me planto delante del teclado y empiezo a juntar palabras sin pensarlas. El escribir por escribir, lo primero que se me pase por la cabeza, sin pensarlo, está convirtiéndose en mi forma de desahogarme. No, más bien al contrario. Se está convirtiendo en mi forma de quedarme intranquila. Y busco la intranquilidad que me dé el impulso para escribir.

Porque entonces, solo mientras escribo estoy tranquila. Y la sensación desaparece al poner el punto final.

De mayor quiero ser bohemia...

Y ya no tienen nada.

Porque hace tiempo que buscan sin buscar. Posan sus ojos en el primer obstáculo, en la primera sombra, y se dicen que aparecerá. Se lo dicen por pura costumbre, porque han perdido todo, porque ya no encuentran nada.

Giran la cabeza en el primer banco, tras el árbol de siempre. Una vez dejaron allí cuanto tenían. Y ya no tienen nada, se lo llevó el viento, o el mar, o el susurro de las hojas, o un simple soplido de desesperanza.

Perdieron las promesas, los sueños y el porqué. Perdieron la ambición, la lucha, los días. Y el tiempo pasa y ya no tienen nada. Lo dejaron atrás, cubierto con un vestido blanco. Puntillas azules. Nada. Solo el viento, un susurro a sus espaldas.

Ella se gira y busca, busca sin buscar y sin saber; sin esperar encontrar. Él no se gira. Hace tiempo que solo mira al frente y se mueve como un autómata. Hace tiempo que arrancó aquello que dolía, aquello que lo ataba a una sonrisa desgarrada. A un pasado feliz que destrozaba sus entrañas.

Sus manos se buscan. Se buscan sin buscarse. Y se encuentran. Se encuentran por pura costumbre, porque ya no queda nada. Los une una razón irracional, un buscar por buscar, sin esperar encontrar. Porque ya no encuentran. Y lo saben. Saben que las agujas del reloj no perdonan, que las lágrimas secas no son buenas compañeras de viaje.

Ya no hablan. Ya no escuchan. Las palabras sin sentido se cruzan, ignorantes. Pero hace falta un sonido, un ruido de fondo. Un ronroneo intranquilo que acalle el silencio. Ya no escuchan la risa de Sara. Y su ausencia se comió sus palabras.

Y buscan, buscan en el fondo de los ojos del otro. Una promesa. Un destino. Un algo y la nada. Buscan por rutina, por seguir igual, por no enfrentarse a saber que ya no buscan.

Detrás del banco un año más. Y ella no aparece. Se marchó, se la llevaron, los abandonó sin decir nada. Y con ella se llevó un pedazo de sus almas, el pedazo que los unía. Un lazo. Un lazo que ya no existe, que se ha desvanecido en el aire. Un lazo que arrancó también, al marcharse, las plumas de sus alas. Y ya no vuelan. Y ya no buscan.

Y ya no tienen nada.


¡Saludos!

13 may 2008

Porque a veces...

...no nos damos cuenta. Porque hacemos cosas que quizá molestan, quizá no, pero que se notan.

Porque está bien eso de ni siquiera saludar a alguien con quien has pasado mucho tiempo.

Porque no importa lo que creas o dejes de creer, a veces es suficiente con un simple saludo, con bajar un poquito de tu altar y mezclarte con esos que consideras inferiores.

Porque hay cosas que, simplemente, dan risa. O pena, no lo sé. Ambas cosas, quizá.

¡Saludos!

PD: No, no me pasa nada, ni me ha ofendido personalmente nada, yo sigo igual de feliz XD. Solo que a veces veo actitudes en la gente que me molestan... y eso que esta vez me afectaba solo de refilón xD.

8 may 2008

Nadar en un vaso de agua

Estamos demasiado acostumbrados a ahogarnos en un vaso de agua. Lo hacemos constantemente, es nuestro día a día, nuestro ahora y nuestro antes y después. Por lo visto, vivimos en vasos de agua que nos ahogan, que nos asfixian, traidores de principio a fin.

Y es que, ¿qué no es, a estas alturas, un vaso de agua en el que hundirse, sin ser capaz de agarrarse a los bordes? Nada, diría yo. Vemos una hormiga y ya pensamos que viene a aplastarnos. Vemos un perro ciego y sabemos, de alguna manera, que nos mira mal, con cara de querer algo de nosotros.

Y el vaso se hace más grande. Caen en él más gotas de agua que aparecen sin avisar, pequeñas, escondidas, para que solo nos demos cuenta cuando el vaso esté hasta arriba de agua, para que lloremos de desesperación y sean nuestras propias lágrimas, ironías de la vida, las que acaben de llenarlo.

Para que, en definitiva, sean nuestras lamentaciones las que consigan hundirnos, alejarnos de ese aire que ya parece demasiado lejano. Un recuerdo pasado. Y, como dicen las canciones, el pasado nunca vuelve. Adiós, aire, adiós. Un placer haberte conocido.

Por eso, a veces es mejor llenar el vaso. Con agua salada, dulce o agridulce, lo mismo da. Y nadar. Nadar hasta hartarnos, hasta llorar de la risa y desbordarlo del todo.

Si el vaso nos vino lleno, nademos. Si la gente nada en mares de problemas, un vaso, con sus innumerables dificultades a la hora de convertirse en la piscina adecuada, es solo un reto más. Y los retos, si nos lo proponemos, se cumplen. O no, pero no vamos a llenar el vaso porque sí.

Al menos, cuando lleguemos a la otra orilla y el vaso se haya convertido en una miniatura de lo que fue, sabremos que nos divertimos cruzando al otro lado.

Que no nos ahogamos en un vaso de agua.

¡Saludos!

PD: Letrillas un poco inconexas; ponerse delante del teclado y empezar a escribir lo primero que se me pasa por la mente. Hacía mucho que no lo volvía a intentar. Y me gusta, así las cosas son más fáciles que si las pienso una y otra vez. Debería hacerlo más a menudo.

5 may 2008

She's losing it

Otra canción de Belle & Sebastian, porque yo lo valgo xD (o porque, como me dicen por ahí, me estoy convirtiendo en una frikaza de Belle & Sebastian :P)...


Lisa knows a girl who's been abused
It changed her philosophy in '82
She's always looking for a fight
She keeps the neighbours up all night

I go to her when I'm feeling slack
The girl's using me as a punching bag
I think that I could help her out
But the girl's got a lot to be mad about

But in the first moment of her waking up
She knows she's losing it, yeah she's losing it
When the first cup of coffee tastes like washing up
She knows she's losing it, yeah she's losing it
Yeah she's losing it

Lisa met Chelsea at the knocking school
Chelsea didn't feel like following the rules
So they left the place for another school
Where the boys go with boys and the girls with girls

Chelsea was the one who's been abused
It changed her philosophy in '82
She says, "Inch for inch and pound for pound"
Who needs boys when there's Lisa round?"

But in the first moment of her waking up
She knows she's losing it, yeah she's losing it
When the first cup of coffee tastes like washing up
She knows she's losing it, yeah she's losing it
She goes to the mirror to put on her stuff
She knows she's losing it, oh yeah she's losing it
When she doesn't speak to anyone till four 0' clock
She knows she's losing it, yeah she's losing it
Oh yeah she's losing it



¡Saludos!

4 may 2008

Esperar

No sé por qué, pero últimamente me paso el tiempo esperando que pase algo. Voy andando por la calle y voy pensando en encontrarme con alguien, quiero encontrarme con alguien, con quien sea. O, estando en clase, espero que surja alguna conversación interesante que no vendría a cuento en ninguna situación normal. O espero una carta. O llego a casa y espero que en mi cuarto haya cambiado algo.

Necesito que haya cambiado algo.

A veces, y supongo que tiene que ver el sol de abril-mayo, necesito pensar que va a pasar algo. Bueno, realmente, lo pienso siempre, independientemente del momento que sea. Pero hay épocas en las que es exagerada esta necesidad. El tiempo en sí, los días, la rutina, no me sirven de nada. No me sirven de nada si no pasa nada que se mueva fuera de ellos. Y, si normalmente eso es algo que tengo en cuenta y en lo que pienso, estas últimas semanas es esto lo que prácticamente ha ocupado mis pensamientos al completo. ¿Por qué? Realmente, ni yo misma lo sé. Solo sé que quiero que pase algo.

Y la cosa es que, a veces, casi pasa algo. Me da esa sensación, al menos. Pero se queda ahí. Pienso que un minuto más, o un paso más, o una página más, habrían bastado para que encontrase un cambio en el hoy. O en el ayer o el mañana, quién sabe.

Es una sensación agobiante. El estar esperando que ocurra algo, en tensión las veinticuatro horas del día, es algo que en parte te impide estar a lo que estás. O estar a otras cosas a las que podrías estar. Y, a pesar de todo, es una sensación que no me disgusta. Esa tensión al menos me dice que, aunque a lo mejor no ocurra nada, siempre es posible que haya algún cambio en algo. Y espero. O intento cambiar algo yo misma. Mientras espero.

En fin, supongo que no se entiende la mitad de lo que quiero decir, pero esa es también una de las consecuencias de esta situación. Quiero decir tantas cosas, tengo tantos proyectos en mente, tantas ideas, que cualquier forma de llevarlas a cabo me parece imperfecta, incompleta. Torpe. Escribo páginas y páginas de relatos que acaban en la papelera. Hago planes que podrían ser interesantes y que acaban en un rincón, apartados porque no se me ocurre cómo leches puedo llevarlos a cabo.

Pero pasará. Siempre pasa. Y entonces podré encontrar, quizá, un cambio interesante.

¡Saludos!