La sobrepoblación de Mystic Falls

Cuando empezó la primera temporada de The Vampire Diaries, fui la primera en verla simplemente por reírme un rato, sin buscar nada más. Adoro las comedias involuntarias, qué le voy a hacer, y esa niebla del piloto es tan absurda, tan genial y tan cutre, que no podía perdérmela. Sin embargo, poco a poco fue mejorando y creciendo, y convirtiéndose en una de mis imprescindibles cada semana. Así, acabé la primera temporada encantada y con muchas ganas de que empezara la segunda. Y empecé la segunda con muchísimas expectativas.

Igual precisamente por eso esta segunda temporada me ha acabado decepcionando un poco. Bueno, igual es una de las razones, que no la única. Porque la cosa es que incluso habiendo empezado la temporada con muchísimas ganas, y disfrutando como una enana con los primeros episodios, al ir avanzando se me fue haciendo un poquito menos imprescindible.

Que quede clara una cosa: a mí me sigue gustando, y esta temporada en general me ha gustado. Pero simplemente no me ha entusiasmado tanto como la anterior. Puede ser que tuvieran que ver, como he dicho, las expectativas que llevaba. Puede ser que tuviera que ver, también en parte, que me haya acostumbrado a que pasen seiscientas cosas por episodio, y lo que antes me parecía un ritmo trepidante, ahora me deja un poquito más indiferente. Pero lo que yo creo que más tiene que ver con esa sensación es el hecho de que Mystic Falls será relativamente pequeño... pero hay tantísimo personaje dando vueltas por ahí que cualquiera lo diría.

La cosa es que no es solo que haya muchos personajes, porque puede haber muchos personajes y que resulten interesantes, o que al menos tengan algo de relevancia en la historia. El problema, lo veo yo, está en que hay muchísimos personajes que bien podrían sustituirse por muñequitos de cartón, porque sirven exactamente para lo mismo. Se pasean por el fondo, hablan y a veces hasta tienen sus tramas, pero están, a su manera, tan desconectados que simplemente no son necesarios. Resulta curioso, porque no soporto a Stefan, Elena me gusta pero nunca ha sido mi personaje favorito, y tres cuartos de lo mismo con Damon, pero me da la sensación de que ellos son los tres únicos personajes relevantes de la serie. Los únicos que tiene algún sentido que salgan. De hecho, uno de mis episodios favoritos de la temporada fue precisamente Klaus (2x19), en el que apenas salió ningún otro personaje. A mí al menos me pareció uno de los episodios más dinámicos de la temporada, y me hizo pensar si no es que quizá hay demasiado peso muerto.

Y no es solo el ritmo lo que sufre con tantos personajes que no interesan. Precisamente ocurre que, cuando les da por cargarse a alguno (algo que yo agradezco enormemente), el efecto es mucho menor, porque... uno más o uno menos tampoco se va a notar tanto.

Es un problema que sería solucionable, de todos modos. O al menos eso creo. Con un poco de imaginación, se puede intentar darles algún tipo de interés a los personajes secundarios más desconectados de la trama central (que los hay, incluso entre los que teóricamente deberían encontrarse justo en medio de esta). Y, si no queremos esforzarnos demasiado, es tan sencillo como quitarse a unos cuantos de en medio (y cuando digo "unos cuantos" no me refiero a uno o dos). Yo entiendo que hay personajes que, necesarios o no para la trama, no pueden quitarse de en medio porque la audiencia es la que es. Pero con que redujeran a la mitad el número de personajes "periféricos" me conformaría, y creo que la serie ganaría bastante.

Pero bueno, aun con todo eso, mantengo lo que he dicho al principio. No es que no me haya gustado, porque lo cierto es que se me ha hecho bastante entretenida. Es simplemente que no puedo decir que fuera la serie que más esperaba los viernes, ni que me tuviera mordiéndome las uñas entre episodio y episodio.

¡Saludos!

PD: Y me parece que no voy a poder escribir nada sobre la segunda temporada de Glee, porque a partir de ahora voy a tener más bien poquito tiempo para el blog, pero conste que no me ha parecido tan horrorosa como a todo el mundo. La finale en sí no me pareció el mejor episodio de la serie (y cae demasiado en la repetición, pero es algo que en su caso puedo perdonar) y es cierto que ha tenido un par de episodios más bien horrorosos en esta última tanda, pero también ha tenido otros que han estado bastante bien. Y así en realidad toda la temporada. Y todo lo que llevamos de serie. Un poco lo que lleva siendo desde el principio: una cosa loca e hiperactiva que tiene mil ideas a la vez de las que se ha olvidado a la semana siguiente. Con todo lo bueno y lo malo que eso implica.