26 nov 2012

(Falta de) Luces, cámara, acción!

No sé muy bien por qué, pero de un tiempo a esta parte, ocurre una cosa muy curiosa en todas estas series en las que hay personajes femeninos relacionados con el mundo del espectáculo. Ya sean relacionadas con el mundo de la música, ya sean actrices o ya sean las que venden entradas mientras sueñan con cantar (o algo así), el universo ha decidido coger el clásico "chica buena e inocentona contra la mala de turno con motivaciones mucho más oscuras y de vuelta de todo" y llevarlo al extremo más ridículo. ¿Cómo? Pues de una forma tan sencilla como igualando la idea de "chica buena" con "chica con un serio retraso que impide que cualquier persona con dos dedos de frente le deje salir sola a la calle".

Esto es algo que me llamó especialmente la atención por primera vez la temporada pasada con Smash, que utiliza ese arquetipo para construir completamente (sin añadirle absolutamente nada más, vaya a ser que el personaje tenga algo de profundidad) el personaje de Karen Sue (no sé si lo he dicho por aquí alguna vez, pero por si acaso lo digo: sí, ya sé que se llama Karen, pero su condición tan obvia de Mary Sue me obliga a llamarle Karen Sue. Suena mucho más natural). La desesperación de los guionistas por transmitir una imagen de bondad e inocencia a través del personaje hace no solo que resulte completamente artificial y poco creíble, sino que directamente la hace parecer absolutamente tonta. Una cosa es ser inocente y otra muy distinta es no tener ni la capacidad de razonar que podría tener un crío de dos años. Lo cual resulta además especialmente chirriante cuando, de nuevo en su intento de convertirla en un pobre y frágil corderito que debe de ser un regalo del cielo, justifican que ella misma crea que es su derecho de nacimiento ser una estrella así porque sí, y no entender que el mundo en general no tenga por qué pensar así. Con lo que al final no solo es tonta, sino que además queda como una cría con el egoísmo típico de los niños pequeños, y estamos peor que al principio. Porque si no tienes un personaje bien construido, si le faltan matices por todas partes, pero además ni siquiera has conseguido dejarla en el arquetipo básico que buscabas al principio, muy mal estás haciendo tu trabajo.

Pero no es solo Smash la que sufre de este problema. Esta temporada hemos vuelto a ver algo parecido en uno de los estrenos de este año, Nashville. En esta serie, el personaje de Scarlett es de lo más chirriante que he visto en mucho tiempo, y hablamos de una serie que ya de por sí está repleta de elementos chirriantes (aunque también alguno que hace que en general me entretenga. Pero bueno, de eso ya hablaré otro día). Porque lo que hacen con ella es acompañar esa sensación de bondad boba que queda plasmada en todas sus acciones y en su actitud, muy similar a la de Karen Sue, con una mirada completamente vacía. Y ya si añadimos ese acento tan fallido (las series de este tipo deberían considerar que, si sus actores no saben hacer bien un acento y no son capaces de compensar con otra cosa, igual sería mejor dejarlos con el acento que les dé la gana y justificarlo cambiando el origen de los personajes. A la larga merecería la pena), dan ganas de coger a la chica por los hombros y zarandearla un poco a ver si así se arregla. Otra que no se libra esta temporada, por cierto, es Glee. Ya, ya sé que no es precisamente una serie en la que los personajes sean algo especialmente bien construido, pero como una de las nuevas, Marley, encaja perfectamente en esto que comento, merece la pena añadirla también. Porque me vais a decir a mí en qué cabeza cabe no ser capaz de utilizar un peso si tanto te preocupa y te extraña que de repente la ropa empiece a no caberte. Aparte, que si su madre sabe cuánto peso ha perdido en los últimos días, digo yo que en su casa saben para qué sirven esos aparatos... Lástima que no le llegue para hacer la asociación lógica de ideas.

Además, como también suele dar un poco de miedo crear personajes que de entrada no van a permitir que el público sea capaz de empatizar mínimamente con ellos, se produce un contraste tremendo entre estos personajes artificialmente buenos y tontos, y la supuesta "mala" de la película, a la que en el largo plazo le van a ir dando matices para evitar que sea simplemente mala (incluso aunque la construcción de estos personajes tenga también algunos fallos). Matices que habitualmente yo suelo ver antes de que los añadan de forma oficial, claro, pero esa es otra historia.
En fin, que yo soy muy de ir siempre con los personajes "incomprendidos", los que no nos plantan como los buenos de la película. Pero echo de menos los tiempos en los que los buenos tenían algún matiz que me hacía al menos respetarlos un poco.

¡Saludos!

PD: En realidad lo de buenos tan simplones es algo que podría aplicarse a más tipos de series, pero me limito a estas para no escribir un libro de unas mil páginas.
PD2: A ver si saco tiempo un día de estos para escribir una entrada que tengo pendiente sobre IASIP, que con lo genialérrima que es, vergüenza me da lo poco que hablo de ella por aquí.

25 nov 2012

Cookies!

Después de la imagen, hablo un poco sobre lo que llevamos de temporada de Survivor, con posibles spoilers incluidos. Y como yo soy muy buena, a pesar de que luego siempre me pongan de villana, pues aviso.
Después del maratón que me pegué este verano, viéndome (y ordenando) las veinticuatro temporadas de Survivor, esta es la primera que sigo al día. Y, si por un lado echo en falta el poder verme cuatro o cinco episodios del tirón (y no, no me digáis que los vaya acumulando porque evidentemente cualquiera que me conozca sabrá que esa no es una opción viable), creo que está siendo una buena temporada para ir viéndola semana a semana. Y es que, aun sin saber muy bien dónde la pondría en mi lista (ya si eso al final de la temporada decido), creo que estaría sin ningún problema en la mitad superior. Entre personajes, jugadas, momentos sorprendentes e incluso un número bastante aceptable de gente que utiliza el cerebro de vez en cuando, en general estoy disfrutando un montón con prácticamente todos los episodios.

De los tres jugadores que han vuelto para esta temporada, el único que no me gustaba nada de nada era Russell, que me pareció más pesado que una vaca en brazos en Samoa, y durante el tiempo que duró aquí, pues más de lo mismo. A Skupin, en cambio, le tengo cierto cariño. Quizá porque los dos únicos momentos en los que Australia no es un soberano coñazo fueron ambos cosa suya, voluntaria e involuntariamente. Que no quiere decir eso que quiera que gane, ni mucho menos, pero su habilidad para convertir cualquier objeto en un arma mortal contra sí mismo (o, en su defecto, conseguir que lo casi-maten cuando lleva mucho tiempo sin pasarle nada) tiene su gracia. En cuanto a Penner... pues a mí me encanta desde Cook Islands. Con sus limitaciones (que las tiene, y muy obvias), siempre me ha gustado. Además, entre los jugadores que vuelven, generalmente hay varios tipos. Por un lado, están los que no aprenden ni a patadas y se limitan a hacer lo mismo (Russell, Amanda, Rupert, Sandra (aunque a ella le funcione)), luego están los que vuelven con la lección aprendida, a la segunda o a la cuarta (Parvati y Rob, principalmente) y luego, en su grupo propio e individual, está Penner. Que ha aprendido, sí, y en algunas cosas ha mejorado... y en otras se ha quedado con la lección que no debía. Porque supongo que su reticencia a hacer un trato con Lisa y Skupin (independientemente de que luego le conviniese o no romperlo) me da que viene de lo bien que le resultaron esas cosas en Cook Islands.

Pero aparte el grupo de los nuevos ha resultado ser bastante apañado. A mí me encantan Malcolm y Denise, aunque esta última esté un poco desaparecida estas últimas semanas (si no es para entrar en discusiones imposibles con ese ser llamado Abi). Y también decidí adoptar a Pete en modo proyecto. Porque sigo diciendo que el chico tenía potencial, a pesar de que su ego le sirviera para cavarse una bonita tumba sin ayuda de nadie más.
Y no sería una temporada de Survivor sin gente que me exaspere, por supuesto. Y claro que de eso tampoco falta. Por un lado estaba Jeff, con su irracional obsesión por Penner y sus idioteces tipo "no cuenta porque te di la mano con cuatro dedos. Porque tengo cinco años y es una acción que tiene todo el sentido del mundo". Tampoco soy nada fan de Abi, precisamente por lo irracional de su "juego" y lo exasperante que es en su forma de relacionarse con los demás. Y no, no es cultural, Jeff, se llama ineptitud social y afecta a gente de todo el mundo, independientemente de su procedencia. Y aún peor que Abi me cae Lisa. Porque hay pocas cosas que me saquen más de quicio que cuando alguien va de víctima y de pobre inocente y santurrón para autojustificarse sus acciones y conseguir puntos. Y ojo, lo de conseguir puntos no lo digo por ganarse el favor de un posible jury, porque eso me parece estupendo. Me refiero a que haga exactamente lo mismo de cara a las cámaras. No me la creo, simplemente no me la creo. No estoy diciendo que no haya nada de verdad en su viaje y sus traumas y demás, porque probablemente lo haya, pero es la manera de utilizarlo, de contarlo y de usarlo para situarse por encima de los demás lo que hace que no me parezca tan inocente como quiere aparentar. Me da la sensación de que es una historia que lleva mucho tiempo contando y, verdad o no (que, ya digo, probablemente haya bastante de verdad ahí), no es tan genuino, en ese lugar y ese momento concreto, como quiere hacer creer a los demás. O a sí misma. Que, repito, me parecería estupendo que lo usara de cara al juego, pero me gusta lo suficiente Survivor como para necesitar una cierta honestidad en los motivos de cada uno. Si vas a mentir, miente. Si vas a pisotear a alguien, hazlo. Pero no tiene sentido luego ir de santo enfrente de las cámaras o incluso frente a ti mismo. Y un poco lo de la historia de Lisa me parece algo similar. Lo que se ve acentuado precisamente por eso de que estas últimas semanas haya ido de perdonavidas con Abi y Pete, que por lo visto son malos malísimos (doubtful) y ella es una santa santísima (doubtful también. Especialmente cuando recuerdo perfectamente que no tuvo ningún problema en meter cizaña cuando todo el tema de RC. Lo que, de nuevo, me parece estupendo... pero se agradece algo de coherencia).

Y viendo que ya ando enrollándome cual persiana, casi que voy dejándolo aquí, no sin antes repetir lo entretenida que está siendo la temporada. A ver ahora cómo acaba, y si mantengo mi opinión después del último tramo.

¡Saludos!

PD: Como véis, no he mencionado a Carter. Pero es que es muy fácil olvidarse de su existencia.
PD2: Ya hice mi entrada sobre los extraños conceptos de "buenos y malos" (más o menos) en las series. Un día debería hacer lo propio con Survivor. Que estoy harta de tener que explicar que hasta una santa estándar habría soltado veneno por la boca si la hubieran hecho aguantar lo que tuvo que aguantar Corinne en Gabon.
PD3: Alguien debería decirles a los señores que hacen series en USA que, si van a hacer un episodio de estos temáticos por Acción de Gracias, que tengan la decencia de preguntarse si se ha hecho alguna vez un episodio igual. Si la respuesta es "más de veinte veces", que hagan el favor de pasar un poco de hacer el episodio. El mundo se lo agradecerá.
PD4: Después de unos seis millones de años intentando pensar un título, he decidido usar la palabra que tengo asociada a la temporada, aunque no tenga mucho que ver con el resto de lo que he escrito.

18 nov 2012

Everything and the kitchen sink

Os voy a decir una cosa: nunca he sido muy de pelis de terror. No porque me suelan dar miedo, que no es el caso, sino más bien porque siempre me ha parecido que, salvo excepciones, les quitas el factor susto (o derivados) y te quedas con nada. Y, claro, si ya de entrada no me dan miedo, pues como que no merece la pena, y simplemente me sale mucho mejor emplear mi tiempo en otras cosas. Y, sin embargo, a pesar de que el género en sí no me diga nada de nada, uno de mis estrenos favoritos de la temporada pasada fue American Horror Story, con la que me lo pasé muy bien desde el primer al último capítulo, casi sin excepciones. La segunda incursión de Ryan Murphy en el género (recordemos que la primera es, obviamente, The Glee Project, y si no me creéis, os recomiendo que le echéis un vistazo) me pareció poco menos que genial, y además con motivo.

Aun así, antes de que volviera este año, de nuevo no las tenía todas conmigo. Ojo, seguía teniendo ganas de que empezara, pero no estaba segura de que fueran a conseguir que me lo pasara tan bien como la temporada pasada. Y qué equivocada estaba. Porque si os digo la verdad, este año American Horror Story me está pareciendo incluso mejor. La serie está mucho más loca, mucho más surrealista y, sobre todo, muchísimo más excesiva, y eso le sienta estupendamente.

En los cinco episodios que llevamos, hemos visto de todo. Y no ya solo en el cambio de escenario respecto a la temporada pasada, que yo diría que está siendo hasta más interesante, sino porque podemos empezar a decir cosas y elementos al azar, que seguro que nos las encontramos en algún capítulo. Porque de momento no han faltado aliens, zombies, experimentos secretos y malrolleros, amputaciones varias (claro que eso no tiene nada que ver con la serie en sí, simplemente es lo que se lleva este año), nazis, asesinos en serie, tarados varios y, sobre todo, la dichosa Dominique sonando en bucle y persiguiéndonos a lo largo de la semana. Porque sí, estoy segura de que prácticamente todos nosotros nos pasamos media semana tarareando la dichosa cancioncita.

El resultado de tanto exceso es que no te dejan ni un minuto libre para respirar y, sobre todo, no te permiten aburrirte, aunque sea simplemente porque no te da tiempo. No suelo ser demasiado defensora del "cuanto más, mejor", pero para todo hay excepciones, y en una serie como esta, es la norma que debería emplearse siempre. Todo vale y ninguna idea debe quedarse atrás, y cuanto más extraño y retorcido sea todo, mejor. Vamos, un poco la filosofía de Glee, pero aplicado a algo en lo que resulta útil.

Por lo demás, en realidad tampoco tengo demasiado que comentar de la temporada, más allá de que, como digo, todo me está encantando. La revelación de esta última semana me la vi venir hace bastante, pero no importa, porque funciona igualmente. El ambiente que han conseguido crear no podría ser más creepy ni queriendo. Jessica Lange sigue siendo muy grande. Lizzie Brocheré (que, por cierto, sale también en la segunda temporada de The Hour, que empezó esta semana) es la definición de amor. Y Evan Peters está mucho más mono sin el pelo-paja de la temporada pasada, dónde va a parar. Con lo que lo juntas todo y te encuentras con una serie que hace que me lo pase pipa durante cuarenta minutos cada semana.

Y la cosa es que tenemos locura para rato, porque ya han anunciado que ha renovado para una tercera temporada. No sé qué más pueden añadir a la mezcla (aunque, ya digo, lo de unir conceptos con The Glee Project me parece el paso más obvio y acertado, deberían hacerme caso), pero confío en ellos, en su locura y en sus excesos, así que habrá que ver qué nos traen.

¡Saludos!

PD: Si alguno aún no ve It's Always Sunny in Philadelphia, primero de todo, no sé qué habéis hecho con vuestra vida hasta ahora, pero bueno, que os pongáis a verla. Ocho temporadas que llevan y aún son capaces de sorprenderme cada semana con lo burros y geniales que son. Aún estoy riéndome a carcajadas por el episodio de esta semana.
PD2: Atención, que Nashville solo ha tardado seis episodios en poner una canción que me gustara. Eso tiene que ser un récord, o algo.

14 nov 2012

The shiny moments

Últimamente me pasa una cosa muy curiosa, y es que cuando veo algo de una manera que me parece lógica, coherente, normal y absolutamente obvia, me encuentro con que el mundo en general no está de acuerdo conmigo. No es ya que haya cierta diversidad de opiniones ni nada de eso, no, me refiero a esas situaciones en las que el mundo en general opina justamente lo contrario a mí. Y, claro, me quedo loquísima y no entiendo nada.

Justamente eso es lo que me ha pasado con el episodio de esta semana de Homeland. Porque yo, que lo vi relativamente pronto para lo que suele ser lo habitual en mí, acabé encantada con él. Y luego me pilló completamente por sorpresa encontrarme con un montón de comentarios diciendo el bajón que había pegado esta semana. Que si era un episodio de relleno y que si no mantenía el nivel con el resto de la temporada. Y me puse a darle vueltas, y lo más lógico y coherente que se me pudo ocurrir es que yo había visto un episodio completamente distinto al que habían visto los demás. Pero no, eso tampoco era. Y asumí que simplemente el mundo jamás me iba a dar la razón, y que soy una pobre incomprendida de la vida. O algo así.

Porque lo que por lo visto hace que este episodio sea peor que el resto es simplemente que no tiene esos "momentos brillantes" a los que nos ha ido acostumbrando esta temporada. No acaba en un cliffhanger espectacular, no nos presenta una de esas vueltas de tuerca que no nos esperábamos hasta al menos el final de esta temporada. No, simplemente nos muestra a los personajes continuando en el camino que llevaban hasta ahora, enfrentándose a las consecuencias obvias de todos esos giros, vueltas y "momentos brillantes".

¿Hace esto que el episodio sea peor que el resto? Para nada, in my opinion. De hecho, yo, que de Homeland lo que valoro es justamente a sus personajes, su complejidad y su desarrollo, muy por encima de toda la trama de la investigación y, por tanto, de las vueltas de tuerca que nos regalan con ella,  diría que de forma general y valorando el episodio en su conjunto, me gustó bastante más que algunos de los episodios anteriores. Sin decir que los episodios anteriores no me gustaran, ni mucho menos (aunque aun así sea capaz de ponerles pegas. O si no, que alguien me explique por qué mandan a Brody de misioncitas por ahí cuando lo reconocería todo el mundo, por qué en la CIA no les enseñan a leer los labios o que cierto "shiny moment" de esos viniera de la mano de un mensaje que en cualquier situación normal, coherente y lógica habría sido imposible de enviar). Simplemente no considero que un episodio sea peor simplemente por dedicarse más a los personajes que a eventos concretos. Llamadme loca.

Supongo que se trata simplemente de que Homeland ha malacostumbrado a unos cuantos, y se ha vuelto normal exigirle fuegos artificiales en cada episodio. Y claro, cuando no los ofrece, llegan las quejas y las protestas. Yo, mientras tanto, si me siguen dando episodios así, seguiré siendo igual de feliz (o incluso más) que con los otros. Pero cada cual, como siempre, es libre de opinar como quiera.

¡Saludos!

PD: Estoy feliz cual perdiz porque Jeanine (a.k.a. la chica que es uno de mis mayores crushes ever de sytycd) ha fichado por Bunheads. Y como no sería yo si no pusiera alguna córeo, aquí la tenéis en la primera córeo de Travis para el programa.
PD2: En un universo alternativo perfectamente perfecto emiten episodios nuevos de Treme todos los días de la semana. Y eso es así y todos lo sabéis.

2 nov 2012

De vecinos extraños

¿Sabéis esas series que dices que ni loco les vas a echar un vistazo y acabas viéndolas semana tras semana? Y no solo eso, sino que además las acabas adorando. Pues justamente eso es lo que me ha pasado con The Neighbors. Y no, no es algo como lo que le pasó a la gente con Ringer (a la que aún tengo que echarle un vistazo, por cierto, que la dejé aparcada para cuando me apeteciera ver cosas muy cutres), sino que se parece más a lo de Revenge. Me explico, cuando anunciaron Revenge, jamás en un millón de años habría pensado que me iba a gustar, y en cambio aquí me tenéis, viendo con muchísimas ganas la segunda temporada. Y con The Neighbors digo que me ocurre algo que va por el mismo camino, aunque de una forma completamente distinta. Y al mismo tiempo igual.

Cuando empezó a emitirse, e incluso antes de ello, no es que no diera un duro por ella, es que directamente me pareció tan insalvable, ya simplemente con el planteamiento, que me negué en redondo a echarle un vistazo. Porque las cosas como son, tenía una pinta extremadamente horrorosa, eso no lo puede negar nadie. Y, como digo, ni siquiera horrorosa como cuando algo es tan malísimo que te hace gracia, sino horrorosa en el sentido de no querer acercarte a ella nunca jamás en la vida.

En cambio, la gente fue cayendo. Y mientras iban cayendo, fueron comentando lo raro e incomprensiblemente fascinante que era todo en esta serie. Y, claro, entre unos y otros me acabaron convenciendo para descargar el piloto y verlo con mis propios ojos. Total, eran veinte minutos. Por muy horrorosa que fuera, veinte minutos de ella no me iban a traumatizar para el resto de mi vida, pensé. Y así, con esa idea, es como me puse a ver el episodio. Y tengo que decir que aun ahora soy físicamente incapaz de describir con palabras lo que me pareció el piloto. Es decir, es una de las cosas más raras que he visto jamás, un episodio de una supuesta comedia en el que no sabes qué se supone que es gracioso y qué se supone que no lo es (¿dónde están las risas enlatadas cuando se las necesita?). Pero, misteriosamente, era algo que tenía que seguir viendo, necesitaba ver más.

Y así es como a lo tonto he llegado al sexto episodio y me doy cuenta de que me encanta, así de simple. En seis episodios me he reído más veces que en las dos temporadas enteras que vi de Modern Family. Y no solo porque reírse a carcajadas y Modern Family no son conceptos que vayan juntos (al menos en lo que a mí respecta), sino también sencillamente porque The Neighbors tiene momentos divertidísimos. Como los momentos Real Housewives de Jackie (personaje que es genial, por cierto) en el tercer episodio, especialmente cuando le daba por hablar a "cámara". O Dick Butkus disfrazándose de su vecina Debbie Weaver, marioneta de Marty Weaver incluida, en el episodio de Halloween-ween. Así que por todo eso no me avergüenzo de decir que me encanta The Neighbors. Y que, para mí, es la serie revelación de la temporada.

¡Saludos!

PD: Entre temporada y temporada de The West Wing, casi me he ventilado la primera temporada de Ugly Betty entera. Y me está encantando, oye. Intuyo que Aaron Sorkin tiene algo que decir al respecto.
PD2: También estoy viendo South of Nowhere, que había visto algún episodio suelto hace mil años, pero nunca la había visto entera. Y así resumiendo: Spencer y Ashley son monérrimas, el hermano negro mola y el hermano rubio es una de las cosas más ahostiables que ha dado la televisión.