21 oct 2012

Castillos de naipes

Esta semana acabó la segunda temporada de Boss, de la que puedo decir que lo único que me ha faltado ha sido levantarme y aplaudir al final de cada episodio. Y no porque no lo merezca, ojo, que lo merece. Porque la verdad es que, si la primera temporada me pareció muy buena, esta ya directamente me ha parecido espectacular. Es una temporada redonda, simplemente redonda. Y en la que se ve muy bien lo que es la serie en sí, lo que cuenta y cómo funciona.

A lo que me refiero con esto es a que cuando pienso en Boss, pienso en castillos de naipes. Ves cómo escena a escena y episodio a episodio van amontonando cartas, una encima de otra, cuidadosamente. Ves cómo van complicando todo mientras esperas al momento en que todo se derrumbe. Y, por supuesto, ves cómo todo se va tambaleando, pero nunca acaba de caerse, aún no.

Y eso ha sido exactamente la segunda temporada de la serie. Porque en la primera vimos cómo iban asentando la base, creando el principio de la estructura. Por eso, al final de la temporada pasada dejamos a Tom Kane más peligroso que nunca, más fuerte que nunca, al menos en apariencia.
En esta segunda temporada, lo que ha pasado esa que hemos visto cómo el castillo comenzaba a coger altura. Cómo iban poniendo un piso sobre otro y cómo comenzaba a tambalearse todo, al parecer sin remedio, para salvarse en el último momento.

Esta frágil construcción que va creando el propio Kane ha ido ganando altura a través de las complicadas relaciones, siempre pendientes de un hilo, de unos personajes que, como la propia estructura, son una bomba de relojería, al menos en su inmensa mayoría. Unos personajes que se mueven motivados por el poder. Motivados por un egoísmo y una oscuridad general que pocas veces vemos de una forma tan clara y radical en televisión. Y es que, a excepción de Mona y, probablemente, de Emma, aunque por unos motivos bien distintos, todos los personajes tienen unos motivos un tanto turbios. Sí, incluso puede decirse esto de Sam, el periodista que busca acabar con Kane, ya que vive movido de forma total y absoluta por una obsesión que poco tiene de positiva.

Pero todo esto, que probablemente en otras circunstancias sería algo negativo, aquí no lo es. No importa. No importa porque este ambiente, esta situación y esta estructura hacen que todos ellos sean grandes personajes. Personajes oscuros, fascinantes y, sobre todo, perfectamente apropiados para lo que nos están contando. Porque sin ellos no tendría sentido este castillo de naipes, igual que ellos no tienen sentido sin él.

Y son ellos los que hacen que se consiga este efecto, como digo, a través de esas delicadas relaciones y situaciones que se van creando. Lo que hace que esta segunda temporada sea tan redonda como lo ha sido. Una historia tan perfectamente imperfecta que me dará pena si no la vemos acabar (cosa que no sería extraña), si no presenciamos su caída. Hemos visto cómo el castillo de naipes ganaba altura y se tambaleaba, y necesitamos ver cómo se derrumba. Y, por eso de que por pedir que no quede y aunque lo vea difícil, voy a pedir que Starz le dé por favor el tercer acto que se merece.

¡Saludos!

PD: Precisamente uno de los personajes que tendría muchas ganas de ver cómo acaban es Ian, el personaje de Jonathan Groff. Pero vamos, probablemente nos quedemos sin saber más. Y será una pena.
PD2: Hoy no sabía si escribir sobre Boss o sobre Project Runway (sí, ya lo sé, muy similares ambas), y al final me decidí por la primera. Por si se me va el santo al cielo y al final se me pasa lo de escribir sobre Project Runway, decir que me ha parecido una temporada bastante buena. Más aún al compararla con la anterior, o con ese all-stars tan preparado milímetro a milímetro que acabó quedándose en una milésima parte de su potencial.

5 comentarios:

Warren Keffer dijo...

A falta de ver el último de la temporada, a mí me gustó más la primera. El arco ascendente de tensión que se marcó sólo lo he visto en series como Urgencias o The Shield. Eso sí, esta es también es magnífica, perfecta, espectacular. No tiene el reconocimiento que merece. Es de lo mejor del año (y no digo la mejor porque tenemos Boardwalk Empire o Treme y no sabría elegir).

elclubsilencio dijo...

La segunda temporada ha sido trepidante y con una coherencia dramática que asusta. Es una pena que otras series que manejan la narrativa y las tramas tan magistralmente como Homeland sean reconocidas, y algo como Boss no. Esperemos que haya otra temporada, aunque está la cosa complicada...

BabyCatFace dijo...

Warren, a mí la primera ya digo que me encantó, pero esta segunda me ha parecido impresionante. Al final supongo que acaba siendo todo cuestión de gustos, y qué parte del proceso te guste más. A mí me encanta la sensación de que todo va a más y a más hasta que se ve el peligro por todas partes de esta segunda temporada, pero vamos, entiendo perfectamente que pueda gustar más lo anterior.
Pero sí, en general es una seriaza, ya se le podría hacer algo más de caso.

Elclubsilencio, yo no tengo muchas esperanzas de que vaya a haber tercera temporada, pero oye, igual tenemos suerte y nos llevamos una sorpresa.
De todos modos, que se la reconozca poco me parece triste, porque de verdad se merece bastante más atención, pero de lo que me estoy cansando bastante es de los ataques totalmente gratuitos que se le hacen, cuando a otras se les pasan muchas cosas por alto.

Kashoperro dijo...

Pues sí,al final la han cancelado,a la espera de una posible peli para cerrar tramas.

Totalmente de acuerdo con tu artículo,una gran serie que dice adiós.esta segunda temporada ha estado fantástica,con una factura técnica envidiable y un trabajo,tanto por los actores como por los directores,espectacular.

Lástima que las audiencias sean tan poco amigas del talento.

Saludos.

BabyCatFace dijo...

Más que las audiencias en sí no reconociendo el talento, es que no se pueden pedir milagros. Entiendo que, a su manera, Starz está intentando redirigir un poco la imagen de la cadena y lo que busca con sus series, y de ahí viene que haga una serie como Boss, que no está orientada precisamente al público que tiene ahora la cadena. Que no es que sea un tipo de serie que va a hacer grandes audiencias en ninguna parte, eso también es verdad, pero el público al que tiene que interesarle, probablemente aún no esté viendo Starz.

En cuanto a lo de la película, como con todo, habrá que ver si sale adelante o no, porque eso se dice de muchas series y al final no suele ir a ningún lado. Aunque en este caso estaría bien que consiguieran hacerla, para poder cerrar la historia.