4 ene 2014

Adoremos a Martha Costello

Siguiendo con eso que empecé la temporada pasada de aprovechar el parón navideño para echar un vistazo a todas esas series británicas que por un motivo o por otro he ido dejando aparcadas y pendientes para más adelante, he descubierto varias joyitas. Y si bien ahora mismo no voy a ponerme a hablar de todas ellas (supongo que haré un pequeño resumen de mis impresiones sobre todas ellas en unas semanas, que aún quiero verme otras dos o tres más), sí que me apetecía hablar un poco sobre una en concreto, Silk, de la que se habla mucho menos de lo que se debería. Y que además estoy convencida de que, si pasara un poquito menos desapercibida y se hablase un poco más de ella, ganaría unos cuantos fans incondicionales por aquí.

Silk es un drama de abogados, pero al ser una serie británica, simplemente el punto de partida ya resulta interesante, aunque sea solamente porque estamos acostumbrados a la representación del sistema de justicia made in USA en las series, pero en Reino Unido la cosa es bastante distinta. No voy a entrar en explicar un poco cómo funciona todo el sistema porque aún sigo sin entenderlo completamente (aunque más o menos, lo suficiente para entender la serie, sí) y porque sería mucho, aunque sí que voy a decir que el título de la serie viene del máximo rango de los abogados británicos, al que aspira nuestra protagonista. Pero aun sin explicarlo ya os podéis hacer una idea de lo distinto que es a lo que estamos acostumbrados a ver, y que entre otras cosas, además, resulta en que es posible ver a dos abogados del mismo bufete enfrentarse en un juicio. Y muchas cosas más, claro.

Pero no es en lo único que se diferencia. Los casos, de los que evidentemente depende buena parte de la serie, a veces están muy acertados y otras un poco menos, pero en general están llevados de forma bastante coherente. Para empezar, nada más arrancar la serie se alejan todo lo que pueden de esa imagen tan bonita en algunas otras series en las que toda persona que necesita un abogado defensor no ha roto un plato en su vida, o si lo ha hecho ha sido de forma bonita y graciosa (no en todas, está claro, pero en muchas sí que parece ser la norma). Martha es muy consciente de cuál es su trabajo, de que no siempre es justo. Todo el mundo tiene derecho a un abogado decente, y cuando decimos todo el mundo, eso incluye a aquellos que para muchos entrarían en la categoría de monstruos. Claro que no son estos sus únicos clientes, sino que a lo largo de los episodios nos vamos encontrando con distintas personas en circunstancias muy diferentes, que por una razón u otra han acabado en situaciones en las que sería mejor no estar. A los matices de todos estos clientes le añadimos algún caso de lo más interesante (el del segundo episodio de la serie, por ejemplo, en el que vemos cómo Martha acribilla a preguntas a una víctima de una violación sin pestañear, aun siendo conscientes de que tener que hacerlo la está destrozando por dentro) y la serie ya nos da muchísimas razones para verla en este apartado.

El ambiente del bufete, esa curiosa combinación de sensación de ser todos una familia y al mismo tiempo estar esperando para clavarle un cuchillo en la espalda al de al lado cuando menos se lo espera, no es algo muy distinto a lo habitual en las series de este tipo (las series de este tipo bien hechas, quiero decir), pero eso no quita para que también esté bien construido y con unos personajes que funcionan bastante bien. Aunque, eso sí, mucho mejor en la segunda temporada que en la primera.

Claro que si hay algo que hace especialmente grande a Silk, ese algo es necesariamente su protagonista, la gran Martha Costello. Idealista y al mismo tiempo profundamente realista y consciente de cómo funciona el mundo en general y su propio pequeño universo en particular. Honesta, coherente, dulce y al mismo tiempo implacable. Esa es Martha Costello, interpretada por una Maxine Peake que está especialmente impresionante en el papel (yo la conocía por la Shameless británica, y la verdad es que me quedé a cuadros al descubrir que era la misma persona que hacía de la vecina de los Gallagher en las primeras temporadas de la serie), nuestra protagonista. Nuestra heroína, pero heroína de verdad, de las que no juzgan, de las que entienden, de las que son conscientes de quiénes son. Es un personaje tan absolutamente complejo y a la vez tan sencillo y cercano que en los doce episodios que lleva emitidos la serie se ha convertido en una de mis protagonistas favoritas, punto. No ya de series de abogados, no ya protagonista femenina, no. Es una de mis protagonistas favoritas en todas las series que he visto a lo largo de mi vida, hasta ese punto me gusta.

Silk es una de esas series que me parece fascinante que no vea más gente y, sobre todo, que sea una de esas series de las que no habla más gente. Sobre todo teniendo en cuenta que The Good Wife es una serie tan adorada (y con razón, ojo). Porque la cosa es que, aunque ambas series se parezcan como un huevo a una castaña a efectos prácticos, sí que existen algunas similitudes cuando hablamos de ellas. Ambas tienen casos interesantes, ambas tienen movimientos internos similares en sus bufetes y ambas están protagonizadas por mujeres (eso sí, aunque como personajes me encanten ambas, como persona prefiero mil veces a Martha antes que a Alicia, que quede claro). El parecido realmente no va más allá de eso, claro, pero es casi imposible no pensar en Silk como la respuesta británica a The Good Wife. Y es por eso que creo que debería ser una de las imprescindibles. Y que, de hecho, lo sería de no ser porque por la razón que sea, pasa tan injustamente desapercibida.

¡Saludos!

PD: La última vez que hablé de Parenthood, dije lo descontenta que estaba con esta temporada, pero el episodio de esta semana, aun teniendo sus fallos, me hace recuperar la esperanza. Parece ser que una vez olvidemos todo el fiasco de las elecciones, la serie va a volver a ser lo que era. Y que va a regalarnos cosas tan absolutamente maravillosas como la amistad de Hank y Max.

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