27 oct 2007

Mirando atrás

Un día, cuando todo haya pasado, mirarás atrás. Mirarás hacia el lugar donde antes estabas tú y te darás cuenta de que ya no estás. Será el mismo lugar, pero todo será diferente. Las mismas baldosas. Las mismas paredes. Las mismas ventanas. Todo estará como lo dejaste, pero no será ese lugar el que eches de menos. Solo te darás cuenta entonces, cuando hayas estado un rato mirando; porque verás un espacio vacío. Verás tal vez un espacio vacío lleno de pequeños detalles que, aunque hermosos, no te pertenecen, no forman parte del lugar que tú crees recordar. Y entonces, esa mirada, ese lugar que no es el tuyo, pasará a formar parte de ti. Ese lugar se unirá a aquel que una vez ocupaste para hacerle compañía en la pequeña cueva sin fondo en la que guardas cada instante en forma de recuerdos.
Tal vez, algún día, vuelvas a por aquel momento, deseando repetir la sensación de desconocimiento y duda que te llevó a guardarlo. Sabrás que está ahí, haciendo compañía a aquel otro de risas y buenos momentos. Lo verás, incluso, de forma algo difusa, eso sí. Tratarás de rozarlo con los dedos, siempre cerca; nunca lo suficiente. Y volverás a darte cuenta, al tropezar de nuevo con el mismo guijarro de siempre, de que siempre se mantendrá escondido detrás de la vitrina que te mantiene un paso por delante del pasado.
Guardarás una vez más el instante de lucidez en el frasco de lo que llaman recuerdos. Tal vez te preguntes si las cosas habrían sido diferentes de haber podido volver al primer recuerdo. Querrás saber si aquello realmente ocurrió o fue tan solo un sueño. Será el momento de las condicionales. Será el momento en el que te preguntarás si aquel pequeño paso llevaba la trayectoria perfecta, si no se había desviado unos milímetros hacia el espejo de la locura.
Solo entonces te darás cuenta de que no hay más camino en el pasado que el que una vez ya hiciste. Frente a ti se abrirán mil puertas que con el paso del tiempo habrán sido meras ilusiones; un engaño a los ojos cansados del que desea abarcar el mundo en una mirada.
Tal vez sonrías. Tal vez prefieras sumergirte de nuevo en el recuerdo de un ayer cualquiera. No importará, pues conocerás la delgada línea que separa lo real de lo irreal, que convierte a lo primero en lo segundo. Y en eso, precisamente en una delgada línea de color inexistente, residirá el valor de tu día a día.

A veces quiero recordar un momento. Y entonces recuerdo. Recuerdo un gato en Nochebuena, una chimenea vacía, volar en un salto... Recuerdo un sofá, una palabra, una gota de lluvia en la ventanilla del coche... Recuerdo una sonrisa, un grito, al chico de la bufanda... Recuerdo esas escaleras que una vez se llenaron de las risas de aquellas que tenían un mundo en común y hoy son completas desconocidas. Y entonces sonrío. Sonrío porque puedo ver ese pasado sin volver a él.

PD: Y algún día tal vez recuerde haber estado escribiendo esto mientras debía haber estado estudiando u.u'.
PD2: ¡Viva O'Donnell! xDD
PD3: MI O'Donnell ¬¬'...

¡Saludos!

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