Cualquiera que esta temporada haya alucinado con Glee debería ver, al menos una vez en la vida, Popular. Qué leches, todo el mundo debería ver Popular al menos una vez en la vida. Bueno, vale, quizá no todo el mundo, porque también es verdad que no es que esta sea una serie de las que gustan sí o sí.
Para empezar, te tienen que gustar las series de instituto. Y, para seguir, debes ser capaz de reírte de ellas y de ti mismo. Si eso lo aderezas con un grado de surrealismo de esos que hacen historia y crees que puede gustarte, entonces eres de esas personas que deberían verla.
Y si te gusta Glee, debería ser de visionado obligatorio. Porque Popular es, al fin y al cabo, la versión beta de Glee.
Es una serie creada por Ryan Murphy y Gina Matthews que, en principio, no se ve muy diferente a cualquier otra serie de instituto típica. Tiene a sus animadoras buenas y perfectas, a sus animadoras malas malísimas, al jugador rubísimo (novio de la animadora buena, por supuesto), a la chica anti-populares, al chico que es un cacho de pan... A los populares y a los impopulares del instituto (aunque hacia la segunda temporada están los dos grupos en un nivel similar de popularidad). Todo eso, con unos actores que podrían interpretar en la mitad de los casos, a los padres de sus personajes (o casi). De hecho, hay un momento en el que esto resulta especialmente ridículo, cuando los protagonistas quieren colarse en una fiesta universitaria y se preguntan cómo van a hacerlo con la pinta de críos que tienen.
Pero no es solo eso, ni mucho menos. Popular tiene una mala leche y una capacidad de reírse del género y de sí misma que ya quisieran otras (precisamente esta es una de las cosas que Glee hereda de su hermana mayor. Muchísimo más suavizada, eso sí). Cuando empezamos con ella, los personajes son estereotipos puros, tan puros que realmente son una caricatura de sí mismos. Lo que no quita para que, poco a poco y conforme avanzaba la serie, fueran capaces de encontrar un punto medio e ir desarrollándolos hasta darles un fondo que de primeras no habríamos adivinado en ellos. Es esto, esta capacidad para encontrar un punto medio, para mezclar la mala leche y ese punto satírico, con un desarrollo dramático de los personajes, una de las cosas que hacen más única a esta serie.
Yo recuerdo que con 14 ó 15 años me enganché malamente a ella. La echaban todas las mañanas de verano por la 2 y era una de mis citas obligadas nada más levantarme. De hecho, recuerdo que pasé unos días en casa de una amiga y no le quedó otra que verla conmigo (y, en consecuencia, acabar tan enganchada como yo).
Es por eso que es una de las series de las que siempre he guardado un buen recuerdo, porque, junto con Buffy, es de las primeras que seguí capítulo a capítulo y mordiéndome las uñas entre uno y otro.
Pero, sobre todo, es una serie que resulta muy curiosa de volver a ver al cabo de varios años, especialmente si te pasa como a mí, y la viste con esas edades. Es algo de lo que me he dado cuenta también con Glee, en la que parece que mi prima y sus amigas ven capítulos completamente distintos a los que vemos mis amigos y yo. Porque una misma escena se puede ver de formas completamente distintas, y un mismo personaje puede resultarte en un momento un encanto y en otro insoportable.
Precisamente esto último es lo que más me ha llamado la atención, porque mi lista de personajes favoritos cambia casi al completo. Cuando la vi hace unos años, recuerdo que me encantaba la Sam del principio y que andaba frita por ser como ella, mientras que, por seguir con ejemplos, odiaba profundamente a Harrison. Ahora, cuando la he vuelto a ver, Harrison se ha convertido en uno de mis personajes favoritos, y curiosamente uno de los que mejor desarrollados están (aunque en la segunda temporada me gusta menos que en la primera), mientras que la actitud de Sam al principio me saca un poco de quicio (lo que no quita para que me guste bastante como personaje, especialmente teniendo en cuenta que yo pasé por esa etapa insoportable y me he reconciliado con mi yo del pasado).
Creo que el único personaje que se mantiene en el mismo escalón en el que estaba cuando vi la serie por primera vez es esa diosa televisiva que es Mary Cherry. Mary Cherry es rubia rubísima, pija, popular y tonta no, lo siguiente. Y todo eso la convierte en una mina. Cada vez que abre la boca suelta algo digno de recordarse, y cada vez que abre el bolso sabes que puedes esperar cualquier cosa (incluidas palas o hachas xD). No en vano es la protagonista de algunos de los mejores momentos de la serie. Entre mis favoritos: el momento en el que conoce a su hermana gemela perdida, o este otro, en el que un asesino psicópata la persigue por el instituto en uno de los episodios más épicos que dio la serie (por cierto, al final del vídeo sale Jane Lynch).
Y sí, es verdad que es una serie que puede considerarse un placer culpable como la copa de un pino, porque tiene absolutamente todos los ingredientes que hacen falta para considerarla como tal. Pero eso no hace que no tenga episodios muy buenos (algunos tratando temas más serios). Entre mis favoritos están Wild, Wild Mess (1x09), en el que Harrison acaba aceptando la homosexualidad de su madre, The Trial of Emory Dick (1x12), Caged! (1x14), Ch-Ch-Changes (1x18) (de hecho, creo que este sería mi favorito de toda la serie), Two Weddings and a Funeral (1x22), que es la season finale de la primera temporada y que reúne todos los tópicos de los finales de temporada de las series adolescentes en un solo capítulo, The Consequences of Falling (2x10), porque yo soy muy fan de los "what if", Fag (2x16) o I Know What You Did Last Spring Break (2x19).
Como digo, yo adoro esta serie desde hace varios años, aunque puedo entender a la gente que me dice que es un bodrio infumable. Bodrio o no, lo que sí que está claro es que fue la versión de prueba que Murphy utilizó para presentar un montón de temas, tramas y personajes que luego acabaría desarrollando en Glee. En ambas series se tratan un montón de temas comunes (no ya solo los temas básicos de las series de Ryan Murphy, como son la popularidad o la homosexualidad, sino muchas de las tramas concretas y personajes que se han ido desarrollando durante la primera temporada de Glee. ¿O acaso habríamos tenido, por poner un ejemplo, a la grandísima Sue si antes no hubiera existido Bobby Glass? Así, que yo recuerde, juega (al menos momentáneamente) con embarazos adolescentes, la aceptación de la sexualidad de uno mismo y de los demás, el ser diferente, tenemos un capitán del equipo que quiere participar en el musical del instituto y que tiene una familia que podría ser perfectamente la de Quinn, etc, etc, etc).
Es más, ya en Popular juguetearon con la idea de los números musicales. Por ejemplo, este, pero especialmente este otro, que forma parte de la season finale de la primera temporada (a partir de la segunda mitad del minuto 2, más o menos):
Pero así hay muchísimas cosas más llegaron primero a Popular y después a Glee. Y una de las que me parecieron más curiosas fue descubrir que también Popular tuvo su momento Vogue.
A sus actores la verdad es que les he perdido bastante la pista. A Leslie Bibb me la encontré hace muy poquito cuando me vi Kings, y Bryce Johnson sale ahora precisamente en uno de los guilty pleasures oficiales del verano, Pretty Little Liars. Y sé que Christopher Gorham ha salido en varias series (Ugly Betty, Jake 2.0, Felicity o Harper's Island), pero no he visto ninguna de ellas. Oh, y a Robert Gant, que hacía de subdirector/director, lo vi en Queer as Folk. Y me suena que Carly Pope también se ha paseado por unas cuantas, pero la verdad es que no recuerdo cuáles. Y Sara Rue me acuerdo que apareció en dos o tres capítulos de TBBT haciendo de novia de Leonard.
En fin, es una serie a la que normalmente se le suele mirar por encima del hombro (aunque ahora que a todo el mundo le encanta muchísimo Glee, sé de varias personas que le están dando una nueva oportunidad y a las que les está gustando, después de meterse con ella todo lo que han querido y más xD).
Una serie que, además, se quedó bastante cortita y no queriendo. Porque de hecho acaba en uno de esos cliffhangers que son malos malísimos para la manicura, supongo que porque en principio habría planes para una tercera temporada.
¡Saludos!
PD: Como curiosidad, a mí me suele hacer bastante gracia encontrarme caras conocidas haciendo papeles mínimos o episódicos en otras series. Por aquí me crucé, aparte de con Jane Linch, con la siempre enorme Sandra Oh, Wentworth Miller, Simon Helberg y mi querido Tom Lenk. Me suena que había algún otro, pero ahora mismo sigo sin caer :P.
4 comentarios:
Sólo voy por el sexto episodio, pero me lo estoy pasando muy bien. Y me resulta muy curioso como, al igual que ocurre con Quinn, es muy fácil ver por debajo de la fachada de Brooke y saber lo que siente en realidad. A todo esto, la actriz que hace de Bobby Glass fue en Doctor en Alaska una sheriff por la que Maurice estaba pillado hasta las trancas. Qué grande :)
Pues no había caído en lo de la actriz que hace de Bobby Glass, pero ahora que lo dices, pues sí que me acuerdo XD. Y eso que de Doctor en Alaska he visto capítulos sueltos nada más (aunque muchos, eso sí xD).
A mí Mary Cherry me encantaba. Era tonta tontísima, recuerdo cuando hizo campaña contra la guerra de Vietnam... que había acabado como 20 años antes. El episodio del psicópata es buenísimo. Épico, tú lo has dicho.
Por cierto, "Bobbi" Glass también era genial.
Y yo a todos estos actores les he perdido la pista.
Tengo que volver a ver esta serie dentro de unos cuantos añitos, sé que no me voy a arrepentir.
Y por cierto, últimamente veo a Jane Lynch por todos lados. Y no cambia, está igualita.
El momento de lo de la guerra de Vietnam es tan grande que lo recordaba de cuando vi la serie hace años xD. Desde luego, Mary Cherry es uno de los grandes personajes de la televisión.
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