14 jun 2010

Journey

Y lo prometido es deuda; aquí va mi entrada sobre el final (y conjunto) de la primera temporada de la que ha sido seguramente la serie que he esperado con más ganas cada semana. Y eso que ha habido unas pocas de las que he estado bastante pendiente, especialmente una vez entramos en midseason.

Voy a intentar no enrollarme mucho, porque a esta serie le he dedicado entradas como para parar un tren (no tantas, pero en comparación con las que he dedicado a otras, gana por goleada) y tampoco es plan de repetir lo que ya he dicho.
En cualquier caso, a partir de aquí van spoilers sobre toda la primera temporada de Glee, incluyendo el final propiamente dicho.


Después de una temporada entera siguiendo las idas y venidas de nuestros glee-clubbers favoritos, llega por fin la semana de las regionales.
Y... la primera en la frente: nada más empezar el capítulo nos enteramos de que Sue, la grandísima y mala malísima (que no tanto) a partes iguales entrenadora de las cheerios va a formar parte del jurado.
A la vez que nosotros se enteran los protagonistas de la serie, que acaban en casa de Will llorando y lamentándose de que aquí es donde acaba el Glee Club, pues saben que no van a poder ganar, que era el requisito necesario para que el club siguiera existiendo.


Así que, con los ánimos por los suelos como andan todos, no queda otra que el que sea Finn (que me seguirá pareciendo un soso de cuidado y un palo de escoba con patas, pero que acaba haciéndose un personaje bastante entrañable) el que se encargue de convencer a Rachel para que recojan sus pedacitos del suelo y salgan adelante, aunque al final la cosa se quede en eso. Una escena, por cierto, adorable, incluido el beso que le planta Rachel y con el que Finn se queda con cara de tonto (más de lo normal, quiero decir).

Pero no solo son los chicos los que recogen sus pedacitos del suelo, sino también Will, intervención de Journey y su Don't Stop Believing de por medio.

Así que allá van, dispuestos a que sea lo que quiera, pero siempre a irse habiendo disfrutado como los que más.


Por supuesto, mucho Journey, que al fin y al cabo es como empezó todo. Primero, Finn y Rachel salen cantando Faithfully. Después, un mashup de Any Way You Want It y Lovin' Touchin' Squeezin'. Y, por último, mi favorita: Don't Stop Believing cantada, esta vez sí, por todos (o casi) los miembros del Glee Club. Aprovecho, por cierto, para decir que me encanta la voz de Santana aquí. No soy muy fan de cuando la ponen a cantar notas más graves, pero en este tipo de canciones está estupendísima de la muerte.
Guste más o menos (que a mí me gusta), lo que está claro es que esta canción se ha convertido en el sello de identidad de la serie. No podían haber cantado otra para acabar la temporada, eso no se podía ni dudar.

En el final de este último vídeo, por cierto, vemos a la madre de Quinn, que después de echar al padre de Logan Huntzberger, que diga, de Quinn de casa, ha vuelto a recuperar a su hijita del alma... En lo que Quinn se pone de parto.


En este punto me voy a evitar hacerme demasiadas preguntas y tirar de la suspensión de la incredulidad que nos pide esta serie (si hemos llegado hasta aquí, desde luego no nos vamos a preguntar de cuánto estaba Quinn, y los bailes que se pegan, y si estaban actuando en el salón de actos del hospital (porque se van todos y de repente vuelven a estar todos para los resultados), o la amistad de Quinn con Mercedes, que aunque a mí no me moleste, sí que podrían haber desarrollado un poco más, y no plantárnosla delante así de sopetón).
Y me voy a limitar a decir que me pareció uno de los grandes momentos del capítulo. Y es que van intercalando las imágenes del parto con las de la actuación de los chicos de Vocal Adrenaline, y el resultado está bastante bien.


Vocal Adrenaline lo que hace es tirar de Queen (que está visto que es lo suyo :P) y cantar Bohemian Rhapsody. Todo ello con una coreografía que a mí al menos me encantó, incluidos esos momentos tan caóticos que tenía de por medio.
La canción ya la había escuchado chorrocientas veces antes de ver el capítulo y, aunque sigo quedándome con la original, me gusta bastante esta versión.

Y yo lo siento, y sé que con esta actuación la idea era darnos a entender ese carácter y fondo de robots autómatas que tienen los chicos de VA, y adoro muchísimo a New Directions... pero me quedo mil veces con esta actuación. Y, si fuera por mí, igualmente habrían acabado ganando.

Claro que los que tenían que decidir eran los miembros de un jurado de lo más particular y que fue todo un puntazo.


Aparte de Sue, estaba el presentador de noticias que ya había sido jurado en el final de mitad de temporada (toma ya, ¿cuántos finales puede tener una temporada?). Y aunque me habría encantado haber vuelto a ver al personaje de Anna Camp, con la que me reí un montón la otra vez, compensa la vuelta de Olivia Newton John y Josh Groban. La escena en la que están decidiendo a quién votar no solo es un puntazo por sí misma, sino que además sirve para darle una vuelta de tuerca al personaje de Sue.
Porque entre los tres consiguen ponerla en un lugar donde el paralelismo con los chicos de New Directions es más que obvio: puede que ella sea grande en su pequeño estanque, pero en cuanto la sacan, se la comen con patatas. Porque, al fin y al cabo... vive en Ohio. Y con eso no hay que decir más.
Resulta curioso ver a Sue convertida en otra loser más sin hacer que por ello deje de ser un personaje tan enorme.

En cualquier caso, la derrota de New Directions es un poco también la derrota de Sue en este terreno. Pues eso. Curioso. A mí fue algo que me gustó mucho.


El trofeo se lo llevan finalmente a casa los chicos de Vocal Adrenaline, por supuesto, dejando a nuestros glee clubbers con cara de pena y pidiendo a gritos un abrazo.

Parece (si bueno :P) el final del club, y los chicos, disgusto o no, le regalan a Will una canción y a nosotros un momentazo. Una canción que tiene mucha más importancia que cualquiera de las canciones que habían cantado en las regionales, y que le va a la situación, al conjunto de la temporada y a los personajes como anillo al dedo.


Sue, que ha estado viendo esa última canción, no se queda de brazos cruzados y nos muestra una vez más que, aparte de ser la mala malísima de la película, también tiene su corazoncito y que a su curiosa y retorcida manera, no deja de ser una profesora que se preocupa por sus chicos. Porque sí, son sus chicos.
Y vuelve a chantajear a Figgins (juas), esta vez para darles una segunda oportunidad, mantener el Glee Club y dejar las bases para una segunda temporada lo suficientemente asentadas como para que no tengamos que volver a empezar de cero.


Y así nos despedimos de los chicos por esta temporada. No sin incluir esta versión, tan grande y tan resumen de toda la temporada y tan declaración de intenciones para la próxima, de Somewhere Over The Rainbow. En este caso, no sé si me quedo con la canción en sí (que siendo una de esas canciones que siempre me han parecido enormes y una versión bastante decente, no es que vaya a quejarme precisamente) o con las miradas y gestos entre los distintos personajes, que no dicen nada pero lo dicen todo.
Y nos despedimos, ya de paso, de Shelby, que, por supuesto, acaba adoptando a la niña de Quinn y Puck (apunte, dejando a un lado lo de la suspensión de la incredulidad que he dicho antes, me encanta muchísimo que aquí la gente adopte niños como quien va a comprar el pan xD. Hala, se me ha antojado un niño, voy a pasarme por el hospital a ver si hay uno de mi talla :P).

Así, resumiendo, puedo decir que esta primera temporada, con todos sus más y todos sus menos, a mí me ha cautivado completamente. Poco a poco me han encantado casi todos los personajes del club. Y, si bien me declaro fan total, absoluta y completamente incondicional de Kurt y Rachel, no puedo dejar de lado a otros como Quinn (enorme, y fun y pin). O Artie y Tina. O Puck, o Brittany y sus frases. Y Santana, que poquito a poco ha ido asomando la cabeza. Y, sí, Other Asian (ya sé que tiene nombre, pero mola más así) y Matt, que incluso han vuelto a hablar en este último capítulo. Y por qué no, incluso Finn y esa inocencia que tiene, que lo hace entrañable aunque siga siendo más soso que un pan sin sal.

Con todas sus idas y venidas, con todos sus saltos mortales (la trama de Jesse y Rachel es un WTF continuo), con todos sus defectos... yo los quiero igual. Porque pocas series hay últimamente que me hagan estar más pendiente de sus capítulos y sus personajes, mientras me dejan sin uñas cada semana.

Por eso, porque Glee me ha hecho pasar una temporada estupenda y memorable, puedo decir bien alto que esta serie es grande a su manera, y que a mí me encanta y soy una gleek orgullosa.

En cuanto a la temporada que viene, veremos por dónde tiran. Habrá que ver si volvemos a ver a Jesse (si mantienen a Jonathan Groff en la serie me harán la chica más feliz del mundo. Total, un WTF más no se va a notar :P) y a Shelby (a esta es más fácil que la veamos. En cualquier caso, dedos cruzados, que todo lo que sea ver a Idina (y oirla cantar) es bienvenido).
Veremos qué pasa con Emma (otro WTF ha sido esa reaparición suya al final, así de la nada), el dentista y Will.
Y supongo que volveremos a tener nuestra ración de Sue.

En cualquier caso, una segunda temporada que yo esperaré con los brazos abiertos. Y probablemente sin uñas, que las esperas son muy malas. Aunque se empeñaran en entrenarnos con ese pedazo de parón que se marcaron a mitad de temporada.

¡Saludos!

PD: Mención especial para el gorro de marinerito de Kurt. Tenía pensado hacer una entrada con mis diez (o así) canciones preferidas de la temporada, pero estoy pensando hacer una también con los trajes de Kurt :P.
PD2: Ya he acabado con mi revisión de Popular. En algún momento le dedicaré una entrada, porque se lo merece. De momento, solo decir que me acordaba de que no tenía final, y de que acababa en cliffhanger. De lo que no me acordaba era de que acababa TAN en cliffhanger xD.


3 comentarios:

satrian dijo...

Creo que la canción a Will fue el momento especial de la final, ha estado bien toda la temporada, lo cierto es que no le pido mucho, buenos números musicales, que siga tan colorida y extraña, y una trama central decente.

BabyCatFace dijo...

Pues sí, esa canción de Will ha sido uno de los momentos del final (el otro sería, para mí, "To Sir, With Love"), porque entre los dos resumen perfectamente todo lo que ha sido la temporada (y lo que probablemente sea la segunda).

Y a mí es que me pasa eso: si nos ponemos quisquillosos, pues sí, está claro que la serie tiene cosas muy surrealistas, pero en lo suyo a mí me parece muy buena. Y como además soy la tonta de los números musicales y las coreografías, pues disfruto como la que más con los capítulos.

Así que mientras se mantengan en la línea, me da a mí que voy a seguir pasándomelo pipa con Glee.

Unknown dijo...

Con el gorrito, Kurt me recordaba a los marineros de los perfumes de Jean-Paul Gaultier, no lo pude evitar :)