Este fin de semana estuve con un trancazo de cuidado y ninguna gana de moverme de casa. Así que, a riesgo de sufrir una sobredosis de Gilmore Girls (voy por la mitad de la sexta temporada ahora mismo, cuando el fin de semana pasado iba acabando la quinta. Y me gusta la serie (a veces más, a veces menos), pero cuando veo varios capítulos seguidos me entra una sensación de empacho tremenda), decidí intercalar algún episodio suelto de otras series.
Entre ellos colé el piloto de Gravity, serie a la que en otras circunstancias y después de leer una crítica en VayaTele ni se me habría pasado por la cabeza darle una oportunidad.
Y no sé muy bien lo que pensar de la serie, pero desde luego el piloto (y el segundo capítulo, que me lo vi al día siguiente) indiferente no me ha dejado. No sé si pensar que es mala malísima y sin remedio, o que es tan mala a propósito y con mala leche, en un intento (¿quizá conseguido?) de convertirse en una de esas “tan mala que es buena”.
Quizá en los próximos episodios consiga averiguar cuál de las dos es, pero ahora mismo ese asunto me tiene fascinada.
Porque no sé hasta qué punto es consciente de sí misma. No sé hasta qué punto se toma en serio a sí misma o es consciente de que todo es un chiste surrealista y extraño.
No tengo ni la más mínima idea. Y, si lo que pretendían era dejarme pendiente y con la duda, de momento lo han conseguido. Porque pienso seguir viéndola mientras mantenga esa extraña fascinación por saber qué leches es lo que quiere. Cuando sepa si quiere que yo me la tome en serio o que la tome como una broma.
Porque de verdad que ahora mismo me cuesta. Ese inicio de capítulo, con el coche volando desde el acantilado y la escenita del crucero gay, es ridículo a más no poder. Un momento de vergüenza ajena de esos que te hacen querer hacer como que no lo has visto, como que tú no has sido testigo de ello.
Y tras ese, unos cuantos momentos más (aunque creo que de momento ninguno tan ridículo como esa primera impresión). La serie es extraña, ya digo. Tiene un intento de trascendentalismo de fondo que no sé si va en serio o es de coña. Los personajes son a cada cual más caricaturesco (salvo el chico del coche, que es demasiado soso para eso), empezando por Lilly y siguiendo con todos los demás, como el policía o la mujer del tiro en la cabeza.
No sé si los personajes me gustan o no. No sé lo que la serie quiere decirme, ni lo que quiere que entienda. Por eso, no sé si la serie me gusta o no.
Y por eso, porque aún estoy dándole vueltas, Gravity ha conseguido llamarme la atención. Aún no sé si para bien o para mal, eso sí.
Seguiremos informando.
¡Saludos!
PD: Ya que nombraba a las Gilmore por arriba, ya he visto al pianista de Glee en dos episodios :P.
2 comentarios:
A mí me gusta mucho, la disfruto. Y como sobre mis gustos mando yo y no lo que digan los blogs, pues la seguiré viendo. Me gusta que sea cutre, me gusta la textura del video y cómo los barridos dañan la imagen, me gustan las escenas extrañas de película independiente de cineasta de un solo cortometraje. Y me gustan los actores; la chica, un montón.
Siempre me ha llamado mucho la atención todo lo que tiene que ver con rollos psicológicos. Tal vez porque soy una psicóloga frustrada... o una frustrada paciente. :P
Haces bien ^^. Cada cual tiene sus gustos y nadie tiene por qué decirte lo que te tiene que gustar y lo que no. Si a todos nos encantasen las mismas cosas (y lo mismo con las que no nos gustan) todo sería muy aburrido.
De todos modos, yo con Gravity aún me estoy decidiendo. Es que la veo a un paso de la genialidad y a un paso del desastre más absoluto. Pero entretenerme me entretuvo. Veremos a ver si con el siguiente me decido por uno u otro lado. Aunque si se mantiene en la misma línea tampoco me voy a quejar.
Y por Krysten Ritter lo que sea, sí (descubrí a esta chica en Veronica Mars y me enamoré perdidamente de ella).
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